Muchas averías que sufren nuestros coches son evitables. Seguir unos buenos hábitos, y evitar prácticas perjudiciales, pueden evitar averías en el cambio manual de nuestro coche y, a su vez, un buen manejo del cambio manual puede evitar averías en otros elementos de la mecánica de nuestro coche.
El momento más temido de todo conductor es aquel en el que su coche tiene que ir hasta el taller por una avería. Temido especialmente si se trata de una avería grave, y como consecuencia de ello su coste de reparación es elevado. Probablemente ese sea uno de los problemas que, junto con su estética, más condiciona la compra de un coche y la razón por la cual muchos compradores tienden a mantenerse fieles a la marca de su anterior coche, si este ha sufrido pocas averías, y a renegar de ciertas marcas si su experiencia ha sido negativa.
España siempre ha sido un país a los cambios manuales, aunque el avance del coche eléctrico y toda suerte de híbridos esté desplazando al cambio manual. ¿Pero sabías que estos 5 malos hábitos pueden estar provocando averías y destrozando el cambio manual de tu coche?
1. Conducir tu coche en marchas demasiado largas
Lo primero que has de tener muy claro es el régimen de revoluciones en el que el motor de tu coche trabaja adecuadamente. No hay una regla general por la cual se defina el régimen de revoluciones en el que deberías reducir una o varias marchas para obtener el empuje que necesitas, y proteger el motor de esfuerzos innecesarios. Los diésel empujan con energía desde muy abajo, los motores de gasolina con turbo también, a diferencia de los atmosféricos (sin turbo) que exigen que nos movamos en un régimen más alegre.
Si empleas una marcha demasiado larga, y te encuentras con que tienes que acelerar a fondo para que tu coche se mueva, y aún así tarda en ganar velocidad, evidentemente necesitas reducir una o varias marchas para evitar un esfuerzo innecesario en el motor de tu coche. No seas perezoso, y juega con el cambio, el motor de tu coche te lo agradecerá.
Esto es especialmente importante en los diésel modernos, y una de las razones por las cuales muchos diésel están acabando en el taller con problemas en los sistemas anticontaminación, que requieren alcanzar temperaturas elevadas para regenerarse (ver artículo: ¿Sabías que revolucionar más el motor de tu diésel evita averías?).
2. Revolucionar el motor de tu coche en exceso, sobre todo en frío
Tan peligroso es forzar al motor de tu coche a trabajar a un régimen de revoluciones muy bajo, con una relación de cambio no apropiada, como revolucionar en exceso el motor, especialmente en frío. Muchos cambios automáticos cuentan con sistemas de protección que, primero, evitan que el motor llegue al corte de inyección subiendo de marcha automáticamente y, segundo, adelantan ese cambio de marcha en frío para evitar que el motor llegue a un régimen de revoluciones muy alto antes de que el motor alcance la temperatura de servicio.
Para que los componentes del motor de tu coche trabajen correctamente es necesario que estos estén bien lubricados. La capacidad de lubricación del aceite depende directamente de su viscosidad, y por ende de la temperatura a la que se encuentre. Si el aceite no ha alcanzado una temperatura apropiada, su viscosidad no será la adecuada para lubricar bien el motor, y por lo tanto el estrés de trabajar a un régimen de revoluciones alto será muy superior
(ver: ¿por qué es tan importante no revolucionar el motor en frío para evitar averías?).
3. Apoyar la mano en la palanca de cambios
Otro hábito muy común, pero no por ello menos peligroso, es el de apoyar la mano en la palanca de cambios cuando no vamos a cambiar de marcha. Muchos conductores lo hacen probablemente sin percatarse de ello, porque les resulta cómodo, o porque así se ahorran que su mano se mueva del volante a la palanca de cambios cada vez que quieren engranar una marcha.
Este hábito no solo es poco recomendable, por el hecho de exigirnos conducir con una sola mano, lo cual nos restará agilidad en ciertos movimientos, o incluso en maniobras de emergencia para evitar un accidente, sino también por estar generando un desgaste prematuro en los elementos que intermedian, en varillados, engranajes y rodamientos. Ese estrés, a la larga, puede hacer que nuestra caja de cambios no funcione correctamente, pierda precisión, aumente las holguras, nos cueste engranar algunas marchas, o incluso que estas se salgan solas cuando las consecuencias de la avería se hayan agravado (ver:
la mano derecha fuera de la palanca de cambios: evita malos hábitos que dañan tu coche).
4. No controlar el «punto de embrague» de tu coche
Una de las averías más temidas en un conductor es la que conlleva haber destrozado el embrague. Razón por la cual es sumamente importante ser cuidadoso y evitar algunos errores muy comunes, como ano pisar a fondo el pedal del embrague cuando cambiamos de marcha. Soltarlo demasiado rápido también es dañino, o incluso mantener la marcha engranada y el pedal del embrague pisado cuando nos detenemos en los semáforos, o no controlar el famoso «punto de embrague» al detenernos en una pendiente pronunciada.
Para desembragar y cambiar de marcha hemos de pisar a fondo el pedal del embrague, pisándolo a medias estaremos generando un desgaste prematuro del embrague, o incluso podremos llegar a destrozarlo en pocos kilómetros si somos muy bruscos y poco cuidadosos.
Tampoco deberíamos mantener pisado el pedal del embrague en paradas y detenciones largas, por ejemplo en un semáforo en rojo. Incluso con el pedal pisado a fondo se genera un estrés innecesario en cableados y muelles y cualquier movimiento que alivie la presión de nuestro pie sobre el pedal puede generar una fricción innecesaria en el embrague.
Son malos hábitos – por desgracia demasiado comunes – que pueden provocar averías realmente caras, y que a la larga pueden acortar la vida del embrague de nuestro coche por someterlo a un estrés innecesario (ver: 5 malos hábitos que pueden destrozar el embrague de tu coche).
5. Apoyar el pie izquierdo en el pedal del embrague
Así como debemos evitar que nuestra mano derecha se apoye sobre la palanca de cambios, también deberíamos evitar reposar nuestro pie izquierdo sobre el pedal del embrague.
Apoyar el pie en el pedal, aunque sea mínimamente, introduce fricciones en el embrague. Resulta sorprendente la cantidad de embragues que han sido destrozados por un conductor descuidado que ha mantenido el pie apoyado, incluso haciendo cierta presión, sobre el pedal del embrague. En cualquier coche con cambio manual hay espacio más que suficiente para que nuestro pie izquierdo descanse, cuando no lo utilizamos para accionar el pedal del embrague, en un reposapiés.
Más guías para evitar averías en tu coche
- 5 consejos para evitar averías en el embrague de tu coche
- Malos hábitos que provocan averías en tu coche: la mano derecha fuera de la palanca de cambios
- Revolucionar más el motor de tu diésel evita averías
- Por qué debes respetar la temperatura del aceite del motor de tu coche