Mercedes acaba de presentarnos en Nueva York el nuevo Mercedes GLC Coupé, pero no es la única novedad. También hemos podido conocer al nuevo Mercedes-AMG C 63 Cabriolet. Se trata de la versión de altas prestaciones de la Clase C Cabrio, que también ha estrenado recientemente una versión AMG C 43, más descafeinada con «sólo» 367 CV de potencia. Pero si buscas sensaciones fuertes y no quieres esconderte de los BMW M4 Cabrio, el Mercedes-AMG C 63 Cabriolet es tu coche, especialmente en su versión S de 510 CV.
1) Una mecánica y tren de rodaje ya conocidos
Bajo el capó de este Mercedes-AMG C 63 Cabriolet se esconde una mecánica ya por todos conocida. Un tren de rodaje idéntico al de otros Mercedes-AMG C 63: un motor 4.0 V8 Biturbo que desarrolla 476 CV, y llega a los 510 CV en la versión S, tope de gama de deportividad. Este explosivo motor destaca por un gigantesco par motor: 700 Nm entre 1750-4500 rpm, y 50 Nm menos en la versión de 476 CV. Por el momento sólo se ofrece con propulsión exclusivamente trasera, y sin opción a una caja manual, al igual que en sus hermanos berlina y Coupé.
La potencia pasa al suelo mediante una caja de cambios AMG SPEEDSHIFT MCT de siete relaciones. Ya sabemos que no es una caja de doble embrague, sino una caja automática tradicional que ha reemplazado el convertidor de par por una serie de embragues multidisco, ganando en velocidad a la hora de cambiar de marcha. En el eje trasero ambas versiones cuentan con un autoblocante mecánico, siendo de control electrónico en el C 63 S Cabriolet. Modos de conducción y diferentes ajustes para la transmisión ponen la guinda a este pastel.
2) ¿Cuánto ha engordado con respecto al Mercedes-AMG C 63 Coupé?
La pregunta del millón, y un dato que la nota de prensa no explicita. Pero la información para calcularlo está ahí: el Mercedes-AMG C 63 Cabriolet tiene un peso en orden de marcha de 1.925 kilogramos. Es 125 kg más pesado que su versión Coupé, debido a los refuerzos necesarios para mantener la rigidez en un coche con capota de lona. Este incremento de peso no parece traducirse a unas peores prestaciones, ya que apenas cede 0,2 segundos en el 0 a 100 km/h: 4,0 segundos para la versión S de 510 CV y 4,2 segundos para la versión de 476 CV.
3) Un descapotable de aspecto realmente bruto
El Mercedes-AMG C 63 Cabriolet tiene un aspecto amenazador como poco. Hereda todos los detalles de diseño específicos de los AMG, que se aplican por primera vez a una carrocería descapotable. Ha sido ensanchado en 64 milímetros delante y en 66 milímetros detrás, haciendo gala de unos paragolpes sobredimensionados, cuajados de entradas de aire. De serie monta llantas de aleación ligera de 19 pulgadas, aunque en el tren trasero se pueden montar llantas de hasta 20 pulgadas, calzadas con neumáticos de 285 mm de sección.
A través de las llantas delanteras se puede ver el enorme equipo de frenado del Mercedes-AMG C 63 Cabriolet, con discos delanteros que alcanzan los 402 mm de diámetro en caso de que pidamos los frenos deportivos opcionales. Descapotado, el marco cromado que rodea el habitáculo forma un interesante contraste con la zaga, en la que habitan cuatro salidas de escape y un enorme difusor central. Decididamente, su aspecto es mucho más atractivo a cielo abierto, perdiendo ligeramente deportividad en caso de circular «con sombrero».
4) Una Edition 1 para conmemorar su lanzamiento
Como ya viene siendo habitual, para celebrar su lanzamiento Mercedes pondrá a la venta una exclusiva Edition 1. Sólo disponible en color blanco, tendrá de serie extras como unas llantas traseras de 20 pulgadas o cuero Napa de color marrón tapizando los asientos deportivos. Opcionalmente, dispone de paquetes estéticos en fibra de carbono o un paquete llamado «Night», que croma con tonos oscuros algunos detalles exteriores del coche, tiñendo de color negro el spoiler trasero. Sólo estará disponible durante un tiempo limitado.
Fuente: AMG
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