La historia de Bugatti ha sido ciertamente turbulenta. La marca llegó a quebrar en varias ocasiones, interrumpiéndose su producción durante décadas desde su fundación en el lejano 1909. El periodo en el que nos centramos son los ya lejanos años 90, durante los cuales Bugatti produjo el fantástico – a la par que incomprendido – EB110, sin éxito comercial. Durante su periodo de propiedad italiana, la producción se llevó a cabo en unas enormes instalaciones, hoy abandonadas y en plena decadencia. ¿Quieres conocerlas?
Sucedió en 1987. Tras tres décadas de inactividad tras su quiebra en 1956, el empresario italiano Romano Artioli adquirió los derechos comerciales y el logotipo de Bugatti, planteándose el relanzamiento de la marca por todo lo alto. En 1991 se presentaba el Bugatti EB110, un espectacular superdeportivo de motor central, cuyo motor V12 de 3,5 litros estaba sobrealimentado por cuatro turbocompresores hasta los 560 CV. Asociado a un sistema de tracción total permanente, en su momento fue el coche más rápido del mundo.
Hemos analizado su historia al completo en un especial de Altas Prestaciones, por lo que os recomiendo que os paséis por dicho artículo. Sólo 139 unidades fueron producidas, hasta que en 1995 la nueva Bugatti quebró. Una mala planificación financiera, y unas ventas inferiores a las previstas terminaron con el sueño industrial de Artioli, llevándose consigo al primer superdeportivo de producción con un monocasco de firma de carbono. Las enormes instalaciones creadas por Artioli en Campogalliano quedaron completamente abandonadas.
Estas instalaciones eran punteras en la época. Disponían de una cámara climática, un autoclave para fibra de carbono y una línea de producción completa, entre otras cosas. El destino de esta fábrica ha sido poco agraciado: una empresa fabricante de muebles adquirió la planta poco después de su cierre, quebrando antes siquiera de «hacer la mudanza». Varias empresas mostraron su interés por la planta, pero ninguna se la llegó a quedar. Desde 2011, es propiedad de una firma legal, posiblemente como restitución de una deuda.
El cuidador es el señor Ezio Pavesi, el primer guardián de la fábrica cuando fue inaugurada en 1991. Se encarga de cortar el césped e impedir que la maleza devore las instalaciones. También vigila que las instalaciones no sean vandalizadas o saqueadas, aunque poco queda ya de valor en ellas: todo fue vendido por los administradores concursales. Fue el mismo Pavesi el que recientemente ha permitido a unos exploradores urbanos la entrada a la finca, para comunicarle al mundo en forma de fotos el estado de las instalaciones.
Con todo, están en el mejor estado posible tras 21 años de abandono. No hay cristales rotos, pero sí mucho óxido, mucha suciedad y muchos objetos abandonados. El sol ha quemado el logotipo vinilado de Bugatti, y los cristales han perdido su brillo. Hay óxido en los paneles de metal y la pintura azul del exterior de la fábrica ha perdido intensidad. Con todo, se conserva bien el hall donde se presentó en sociedad al fantástico EB110. ¿Hacemos entre todos una compra conjunta de esta fábrica abandonada?
Las fotos provienen de la página de Facebook «I luoghi dell’abbandono«, y han sido tomadas por el fotógrafo italiano _gallas27. ¡Grazie!
Fuente: GTSpirit
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