Hay algo mágico en la restauración de un coche clásico. Un proceso bello, si bien no exento de frustraciones y quebraderos de cabeza, además de económicamente costoso. El resultado, personalmente, engrandece el alma: no solo por haber devuelto a la vida el orgullo de ese coche – por haber salvado su alma – sino también por huir de esa vorágine del «nuevo, nuevo, nuevo». Si el coche restaurado es un precioso Porsche 911 2.5 S/T, del que sólo 24 unidades fueron producidas, y era un ganador de Le Mans, dan ganas de llorar de alegría.
Esta unidad en concreto fue producida en el lejano año 1971. Comenzó siendo un simple Porsche 911 2.4 S, como tantos producidos aquél año en Zuffenhausen. Sin embargo, su destino era bien diferente: pasaría por las manos de Porsche Motorsport, que lo convertirían a especificaciones del Grupo 3 con el objetivo de competir en eventos reglamentados por la FIA, tales como las 24 Horas de Le Mans o los durísimos 1.000 Km de Nürburgring. Era un carreras-cliente, encargado directamente a fábrica y con un gran coste asociado.
Michael Keyser, un adinerado estadounidense aficionado a la competición, lo encargó a Porsche en 1971 – previo pago de 46.980 marcos alemanes, entonces una importante suma de dinero. El coche fue usado en diversas competiciones en la temporada 1972, tales como los 1.000 Km de Nürburgring – con dorsal número 65 – o las 24 Horas de Le Mans, donde se alzó con la victoria en su categoría. Los 911 2.5 S/T fueron un ensayo general para los Porsche 911 Carrera 2.8 RSR, auténticos pistoletazos de salida para la competición de alto nivel en los Porsche 911.
El coche que tenéis en pantalla también corrió las 6 Horas de Sebring y las 12 Horas de Sebring, antes de alzarse con la fantástica victoria de Le Mans. El coche cambió de manos en algún momento, y sufrió un fuerte accidente en competición. Este accidente dobló parte del chasis, que fue reparado de forma poco profesional, según nos comunican los expertos de Porsche Classic. En algún momento durante los años 70, el coche fue aparcado definitivamente, hasta que Porsche consiguió dar con él y recomprarlo a su actual dueño.
La obsesión por la fidelidad histórica es el trabajo diario de Porsche Classic, que encontró que algunas piezas del Porsche 911 habían sido convertidas a especificaciones del «G-Model». Durante varios años, los restauradores de Zuffenhausen repararon de forma meticulosa el chasis, carrocería e interior de este 911 2.5 S/T, devolviéndolo a su estado original. Tuvieron que fabricar un nuevo tanque de combustible y un nuevo techo. Su carrocería fue pintada y galvanizada de acuerdo con los actuales procesos de producción del 911.
¿El resultado? Mejor que nuevo.
Fuente: Porsche
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