Acabamos de probar, en una primera toma de contacto que os ofrecemos en esta prueba del nuevo Volkswagen Tiguan 2016. Y tras la experiencia hemos de definirlo en una sola frase. La marca nos dice que con este Volkswagen Tiguan han querido trabajar su espíritu más SUV, crear un todocamino apto para todos los terrenos, y marcar distancias con respecto a una nueva generación de crossovers que abogan por crear turismos de dimensiones compactas, con aspecto de SUV (ver ¿qué es un crossover?). Personalmente diría que está claro que Volkswagen, con este nuevo Volkswagen Tiguan, ha querido crear algo más que un Golf sobre-elevado. Es más, preferiría definirlo como un Volkswagen Passat transformado en SUV. ¿Pero qué nos lleva a definirlo de esta forma, y por qué Volkswagen insiste en destacar que han creado un SUV y no un crossover? Así es el Volkswagen Tiguan, y así entiende Volkswagen cómo debe ser un SUV en los tiempos del crossover. Ver a fondo del Volkswagen Tiguan 2016 en 6 claves.
El primer aspecto que hemos de destacar es el de su diseño. Cuando nos encontramos con el nuevo Volkswagen Tiguan en el aeropuerto de Berlín para comenzar nuestra prueba lo primero que nos sorprendió fueron sus proporciones. Parece grande, muy grande. En la práctica es solo 10 centímetros más largo que un Nissan Qashqai, pero visualmente parece un Volkswagen Touareg que ha encogido ligeramente para convertirse en un producto más práctico y comedido, cuando más de 30 centímetros separan a un Tiguan de un Touareg.
Volkswagen ha querido imprimir un aspecto robusto y campero a este nuevo Volkswagen Tiguan, y para ello ha recurrido a «trucos» como el de diseñar una parrilla amplia, y vertical, que se extiende de faro a faro. También ha recurrido a un capó prominente. Insisten en que no ha lugar obsesionarse con crear un diseño de SUV-coupé, más en la línea de Evoque, para su nuevo Tiguan. Quizás estén dejando sitio para un nuevo modelo que ataque a ese nicho. O quizás estén abogando por una filosofía más propia de rivales como el Honda CR-V, marcando distancias, por qué no decirlo, con un todocamino aún más pequeño y urbano que desde hace años venimos esperando.
En cualquier caso, en Volkswagen son conscientes de que el cliente de un SUV no solo busca un vehículo apto para todos los terrenos, sino sobre todo distinción y espacio. Pensemos que el Volkswagen Tiguan ha de competir con una horda de todocaminos, de modelos que arrasan, de auténticos best-seller como el más famoso de la categoría, el Nissan Qashqai, o los que más se han aprovechado de esta moda, especialmente desde su renovación, los coreanos, que se presentan con precios tremendamente competitivos.
Esa es la razón por la cual Volkswagen quería diferenciarse, y no oculta que su objetivo es situarse a medio camino entre lo que denominamos generalista y premium. Aunque contará con un motor de gasolina de 125 CV de potencia, y un diésel de 115 CV de potencia, el Tiguan también piensa en satisfacer las necesidades de aquellos que busquen algo más. Aunque el más equilibrado, a nuestro juicio, sea el 2.0 TDI y el 1.4 TSI de 150 CV, habrá un 2.0 TSI de 180 CV, suave, pero enérgico, un 2.0 TDI de 190 CV, e incluso un 2.0 TDI de 240 CV, un diésel biturbo.
Si la gama Volkswagen Tiguan va a erigirse en 14 combinaciones de motor, cambio, transmisión y acabado, 7 de ellas se corresponden con versiones equipadas con tracción a las cuatro ruedas 4MOTION, y 6 de ellas con versiones equipadas con DSG de 7 velocidades.
Por otro lado tenemos el tema del espacio. Volkswagen se ha preocupado mucho de que el habitáculo ofreciera una gran sensación de amplitud, y un puesto de conducción elevado. Y lo ha conseguido. Para buscar ese aspecto robusto quizás creamos mejorable algún aspecto, como el tamaño de su volante, que a priori puede resultar pequeño, casi propio de un GTI, y el grosor del aro. Pero son detalles nimios, ciertamente.
Más allá de la sensación de espacio lograda, existen detalles que nos llevan a constatar que ciertamente este Volkswagen Tiguan es muy espacioso, lo suficiente como para situarse entre los mejores de su categoría. Entre los detalles que más nos gustan, más allá de que su maletero goce de una capacidad de 520 litros, está el hecho de que la banqueta trasera cuente con un sistema que nos permite adelantar y retrasar los asientos 18 centímetros para que esa capacidad crezca hasta los 615 litros. Este aspecto es sumamente importante a la hora de ofrecer una gran habitabilidad y modularidad. Si viajamos con niños pequeños, es posible que no necesitemos tanto espacio en las plazas traseras, y sí mayor espacio de carga en el maletero adelantando los asientos. El maletero cuenta, además, con una bandeja a ras de la boca de carga, para facilitarnos el trabajo, y un doble fondo muy espacioso.
Volkswagen asegura que estas mejoras en espacio y habitabilidad se deben principalmente a la versatilidad de la plataforma MQB (compartida con Golf y Passat, entre otros), gracias a la cual han ganado unos centímetros de longitud en este Tiguan, pero sobre todo 8 centímetros de batalla, haciendo que el espacio aprovechable entre ejes sea mayor.
Pero más allá de todo esto, y como ya os decíamos al principio, a mi juicio este Volkswagen Tiguan es como un Passat transformado en un SUV compacto. Primero, porque la calidad percibida está a un nivel excelente. Los ajustes son muy correctos, los materiales también, y salvo algún plástico más duro en el área inferior de las puertas o el salpicadero, la calidad de los revestimientos es muy correcta. Segundo, porque el entorno en el que se ven inmersos conductor y pasajeros es muy parecido al del famoso sedán de Volkswagen.
Volkswagen tenía claro que sus clientes valoran mucho la tecnología, y los sistemas de navegación y entretenimiento, y dotaron al Tiguan con una pantalla de 5″ de serie, y de hasta 8″ si recurrimos al Composition Media opcional. También tenemos el famoso Volkswagen Digital Cockpit, un cuadro de mandos completamente digital que es de serie en el acabado Sport, y opcional por apenas 640€ en el acabado Advance.
También hemos constatado el hecho de que la calidad de rodadura de este Volkswagen Tiguan ha mejorado significativamente, el aislamiento acústico, el aplomo del chasis en curva, e incluso detalles que a menudo pasan desapercibidos, como el retorno de la dirección al abrir gas en un giro en versiones de tracción delantera, que ahora es casi inapreciable en un 2.0 TDI de 150 CV (y en los últimos modelos que lo habíamos probado ese retorno sí era ostensible).
Para entender por qué Volkswagen sigue insistiendo en que han creado un SUV, un todocamino apto para la carretera, y el campo, y no un mero crossover, también hemos de comprobar que desde 320€ con acabado Advance, y 160€ con acabado Sport, dispongamos de un paquete offroad en las versiones equipadas con 4MOTION. Ese paquete añade protecciones de plástico negro en la carrocería, y protecciones para el motor, pero también un parachoques delantero perfeccionado para que el ángulo frontal de ataque pase de solo 16º a 24º. No son cifras para un buen todoterreno, pero sí para contribuir a que podamos salir de apuros con mayor soltura.
Volkswagen también ha aprovechado la tecnología presente en su coche para facilitar la conducción fuera del asfalto. Por ejemplo, este Volkswagen Tiguan cuenta con modos específicos de conducción diseñados para sortear pistas de tierra o nieve, que no son más que modos que ajustan el funcionamiento de los controles de estabilidad y tracción para estas condiciones, incluyendo control de descenso de pendientes. Incluso otros sistemas, como el Volkswagen Digital Cockpit, se adaptan a la conducción offroad mostrándonos en la instrumentación los ángulos de giro del volante y la inclinación, o aprovechar el sistema de cámaras en 360º para asegurarnos de que no rocemos con una roca, o pasemos con seguridad por ese puente tan estrecho.
Pero de todos estos sistemas ya os hablaré más en profundidad en otro momento, así como de los motores que hemos probado, el 2.0 TDI de 150 CV (con cambio manual y 4MOTION DSG7) y el 2.0 TSI de 180 CV (con 4MOTION y DSG7).
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