La historia del automóvil está llena de anécdotas, leyendas, y curiosidades, muchas de las cuales conciernen a los emblemas, y los logos de las propias marcas de coches. La historia que rodea a estas marcas ha hecho que baste un vistazo a su emblema para reconocerlas, han estado entre nosotros toda la vida, y muchos gozan de una repercusión y un interés tan importante que a menudo trascienden al de los propios productos que fabrica la propia marca. ¿Pero sabes cuál es su significado? Mucho ojo a estos 10 emblemas de marcas de automóviles, porque quizás no signifiquen lo que imaginabas…
1. Ferrari
Ferrari tiene, con diferencia, uno de los emblemas más reconocibles, que habrás visto en multitud de gorras, camisetas, y todo tipo de merchandising, en monoplazas rojos y, algunas veces, las menos, en deportivos. ¿Hay algo que transmita mejor la potencia y las prestaciones que un deportivo que un cavallino rampante, que un caballo sobre sus dos patas traseras? Bien, pues esa no es la razón por la cual se convirtió en el emblema de Ferrari.
Hubo un tiempo, en los albores de la competición y la fundación de la Scuderia Ferrari, en que los deportivos de carreras de Enzo Anselmo Ferrari no tenían un cavallino rampante. Hasta que en 1923 obtuvieron una victoria en el Circuito del Savio, donde Enzo tuvo ocasión de conocer al Conde Baracca, el padre del aviador Francesco Baracca, un héroe de la Primera Guerra Mundial. Baracca le ofreció una fotografía firmada por su hijo, fallecido en las últimas escaramuzas de la Gran Guerra, y la posibilidad de utilizar en sus deportivos el caballo que en el fuselaje identificaba a los aviones pilotados por Francesco.
2. Porsche
Pero el caballo de Porsche sí que ha de tener alguna relación con la potencia y las prestaciones de sus deportivos, ¿no? Tampoco. El caballo sobre fondo dorado que vemos en el centro del emblema de Porsche, es el símbolo de Stuttgart, la cuna de Porsche. El escudo del fondo es además el escudo de armas del Estado de Württemberg-Hohenzollern, con los colores rojo y negro, un estado histórico que quedó enclavado en el área de ocupación francesa tras la Segunda Guerra Mundial.
3. Lamborghini
¿Y el toro de Lamborghini? La explicación tampoco tiene que ver con el aspecto amenazante que transmite un toro bravo. Ferruccio Lamborghini nació bajo el signo de Tauro, y para más inri, siempre fue un gran aficionado a la tauromaquia. Razón por la cual es tradición que sus deportivos reciban el nombre de un toro famoso, una ganadería, o cualquier simbología relacionada con la tauromaquia, como el de su primer superdeportivo, el Lamborghini Miura.
4. Mercedes-Benz
¿Y la famosa estrella de Mercedes-Benz? Aunque hoy parezca obvio que un Mercedes-Benz ha de lucir una estrella, no lo fue hasta que la alianza entre Daimler y Benz decidió que ese fuera el emblema en honor a Gottlieb Daimler, que tal y como contó a su esposa en una carta soñaba con tener una fábrica en la que una inmensa estrella en la entrada simbolizase su prosperidad. Esa misma estrella de tres puntas se escogería como el emblema de la marca, para simbolizar aquella ambición de Daimler por la motorización universal, ya fuera por «tierra, mar, o aire».
5. BMW
¿Y las aspas de BMW? Error. No son unas aspas. En realidad BMW escogió el emblema redondo, con un borde negro, en honor a la Rapp Motorenwerke de la que surgió BMW, y que efectivamente fabricaba aviones. Los «quesitos» blancos y azules de su interior no son más que la bandera de Baviera adaptada a ese escudo. La razón por la que aún se interpreta que representan unas aspas no es otra que una acción publicitaria de finales de los años veinte, en la que el emblema aparecía dibujado en las hélices de unos aviones.
6. Volvo
¿Y la circunferencia con una flecha en la esquina superior derecha de Volvo? Aunque lo parezca, no tiene nada que ver con la masculinidad, puesto que este emblema es habitualmente empleado para representar a los varones. De hecho estamos ante uno de los ideogramas más antiguos de la cultura occidental, que representaba a Marte en la antigua Roma, y al metal más utilizado en aquella época, el hierro.
7. Audi
¿Y los cuatro aros de Audi? Los cuatro aros entrelazados de Audi tampoco tienen que ver con sus prestaciones, ni con la explicación que pueda tener el emblema de los Juegos Olímpicos. La explicación que tiene está en el hecho de que, antes de fusionarse como Auto Union en 1932, Audi fuera la agrupación de cuatro empresas: Horch, Wanderer, DKW y, efectivamente, Audi.
8. Toyota
Efectivamente representa la T de Toyota, ¿pero has encontrado ya los tres óvalos de este emblema? El emblema actual nació a finales de los años ochenta, para conmemorar el cincuenta aniversario de la marca, y buscar una aproximación más internacional de la marca, con lo cual se necesitaba un logo moderno, muy reconocible, y potente.
Según Toyota, los óvalos interiores representan el corazón del cliente, y el corazón de la compañía, y están superpuestos para representar la relación de beneficio y confianza entre ellos, mientras que el óvalo exterior representa al mundo.
9. Chevrolet
La pajarita de Chevrolet tampoco sería, efectivamente, una pajarita. Ni tan siquiera la propia marca lo tiene claro. La explicación que durante algún tiempo se daba estaba relacionada con diferentes experiencias de uno de sus cofundadores, William C. Durant. La más extendida, es que escogió este emblema de la trama de la decoración del papel de las paredes de un hotel de París. La historia incluye a Durant arrancando un trozo del papel para llevárselo a Estados Unidos y crear su logo. Su hija recuerda haber visto a su padre hacer lo propio diseñando el logo en casa mientras cenaba. Su viuda diría, incluso, que encontró ese emblema en un anuncio en el periódico de la compañía Coalette.
También se ha hablado de la posibilidad de que esta pajarita, o esta cruz dorada, representase la cruz de la bandera de Suiza, donde nació Louis Chevrolet.
10. Alfa Romeo
¿Te habías percatado de la serpiente comiéndose a un hombre en el logo de Alfa Romeo? En la mitad izquierda del emblema no hay ninguna duda, es el escudo de Milán. La curiosidad de la parte derecha, que quizás no sea demasiado explícita en el emblema moderno de Alfa Romeo, es que esa serpiente, el «biscione» de los Visconti, de la nobleza milanesa, tiene a un hombre entrando por su boca.