Europa es la cuna del vehículo de carrocería familiar, del sedán que crece, y se gana un portón trasero y un inmenso maletero. O al menos lo era hasta ahora. En Jaguar tienen algo muy claro, los SUV y los crossover han firmado la defunción de los familiares. Y esa afirmación es más creíble que nunca en un momento en que la marca británica estrena, por todo lo alto, su nuevo Jaguar F-PACE, su primer SUV, y un producto que, por desgracia, hará que no tenga sentido lanzar un nuevo Jaguar XF Sportbrake. El Jaguar F-PACE ha acabado con los familiares de Jaguar, que ahora centrará su atención, sobre todo, en los SUV y un sus elegantes berlinas.
Recordemos que en 2012 nos sorprendíamos con la presentación de una carrocería realmente interesante, un familiar lujoso y elegante, y muy atractivo visualmente, el Jaguar XF Sportbrake. Jaguar apostaba por añadir leña al fuego de la lucha que libra con los fabricantes alemanes, que son los que dominan con autoridad esta categoría.
Desde entonces han pasado cuatro años, y Jaguar ha asistido a una evolución realmente importante. Se ha presentado un sedán más asequible y modesto, el Jaguar XE, y el nuevo best-seller de la marca, el Jaguar F-PACE (ver a fondo del Jaguar F-PACE 2016).
Pero según la información publicada estos días por Automotive News, el propio Ian Callum, jefe de diseño de Jaguar, habría reconocido que la demanda de los familiares se está resintiendo por el éxito de los SUV. Y ese hecho casi inefable, a tenor de las cualidades de los familiares, conllevará que marcas como Jaguar no sigan apostando por estos familiares derivados de un sedán, y centren su ataque en los SUV.
Con este panorama ya podríamos ir descartando la llegada de un nuevo Jaguar XF Sportbrake, o incluso un Jaguar XE Sportbrake.
Pero leyendo entre líneas, y a tenor de la afirmación de Ian Callum, que asegura que nos sorprenderán con sus próximos lanzamientos, estamos convencidos que la hoja de ruta de Jaguar, si bien no incluye familiares, incluirá nuevos SUV.
Fuente: Jaguar
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