Hace apenas un día que se lo han llevado. El Dodge Challenger 392 HEMI Scat Pack Shaker que hemos probado ha dejado una profunda huella en mí. Es un tipo de coche del que no podemos disfrutar en nuestro país, un auténtico muscle car de cinco metros de largo. Políticamente incorrecto, en absoluto eficiente y con un arrogante V8 atmosférico de 6,4 litros bajo un larguísimo capó. Un coche pleno de sensaciones, cuya huella distintiva es su arrollador sonido. Y nada suena mejor que un buen V8 americano de alta cilindrada rugiendo a pleno pulmón.
Este V8 es un HEMI de 6,4 litros, de sólo dos válvulas por cilindro. Nada de inyección directa, nada de sobrealimentación. ¿100 CV por litro? ¿Alto régimen de giro? Para nada: desarrolla 492 CV de potencia a 5.900 rpm, con una potencia específica de 76,9 CV por litro. No es un propulsor apretado, pero gracias a su enorme cilindrada, tiene un par máximo de 644 Nm a sólo 4.200 rpm. Es un motor de la vieja escuela, al que más que girar a un alto régimen, le gusta hacer girar cabezas. Si lo escuchas, no lo podrás evitar.
Veamos como arranca en frío:
El escape del Dodge Challenger Scat Pack tiene válvulas que incrementan su potencia sonora a partir de cierto régimen. No necesita que los altavoces del coche transmitan su sonido, eso es para motores sin carácter. ¿Quién necesita florituras electrónicas teniendo casi 6,5 litros de cubicaje en sus entrañas? Tiene un sonido gutural a bajo régimen, que se transmite en un pesado gorgoteo a medio régimen y a una ametralladora mecánica a partir de las 5.000 rpm. Realmente es complicado de expresar con palabras.
Por ello, os emplazo a ver el vídeo que hemos publicado en Facebook, contenido tras estas líneas:
¿Ganas de más? En los próximos días iremos publicando más perlas de este muscle car, un corte de manga al downsizing y la eficiencia. Bendita locura yankee.
En Diariomotor: