¿Te suena el concepto ingeniería inversa? El Tesla Model X número 64 ya tiene dueño, pero ese dueño no es quién esperabas, no es un cliente loco por la tecnología y los coches eléctricos, sino todo un fabricante automovilístico de la talla de Ford pretendiendo examinar el nuevo Tesla Model X hasta su última conexión para ver qué está haciendo la competencia. Ford no está muy contenta con se haya sabido de este compra, pero que Ford haya comprado un Tesla Model X tiene una interesante explicación.
Más allá del interés tecnológico detrás de este suceso, lo mejor de todo es la historia detrás de esta adquisición, y es que Ford ha hecho lo imposible para hacerse con el nuevo Model X, algo que sin duda sirve como inmejorable propaganda para Tesla y el ego de su fundador Elon Musk. Tras el Tesla Roadster y el Tesla Model S, Musk y su compañía Tesla Motors ya no son unos novatos que todos califican como un bluf, poco a poco comienzan a captar la atención de sus rivales.
En un momento donde los fabricantes ya hablan abiertamente de grandes planes de electrificación es normal que fabricantes como Ford centren su atención en modelos tan novedosos como el Tesla Model X, más aún teniendo en cuenta el éxito que presuntamente se le augura al seguir los pasos del Tesla Model S. Ford es uno de los fabricantes que más está apostando por la tecnología en sus coches, tanto a nivel de trenes de propulsión, como en el apartado conectividad y asistentes a la conducción. En esos tres puntos, es justo admitir que Tesla Motors es uno de los mejores fabricantes en los que fijarse en la actualidad con lanzamientos como el sistema Autopilot.
A Ford no le ha hecho ni pizca de gracia que le hayan pillado comprando un Tesla Model X, no tengas la menor duda. Pero aunque parezca extraño, es bastante común que los fabricantes inviertan grandes sumas de dinero en comprar modelos de la competencia para conocer de primera mano qué están haciendo sus rivales. En este caso concreto de Ford, hablamos de una búsqueda intensiva (aunque siempre en secreto) para encontrar un comprador que quisiese vender su flamante y esperado Tesla Model X. Ford sólo tuvo que encontrar ese comprador paciente que supo invertir para después especular. De este modo, el Tesla Model X que compró un cliente por 144.950 dólares, fue vendido horas después a Ford por 199.950 dólares, una inversión más que rentable con 55.000 dólares de beneficio para el cliente y una ventaja estratégica para Ford.
¿La única pega? Aunque Ford ha confirmado la compra y ha apuntado que se trata de una práctica bastante habitual entre fabricantes, nadie puede negar que en Ford preferían que este procedimiento no saliese a la luz.
Fuente: Bloomberg
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