Imagina el siguiente anuncio. Se vende un Aston Martin DBS de 1968, completamente original, con pocos kilómetros, y un único dueño en más de 46 años, por algo más de 63.000 euros. El anuncio sería el gancho perfecto para cualquier coleccionista, para cualquier entusiasta de los grandes turismos británicos y de Aston Martin, que vería en él la oportunidad de hacerse con un auténtico coche Bond – el Aston Martin DBS del 68 fue el coche del James Bond interpretado por Sean Connery en On Her Majesty’s Secret Service en 1969 – y un clásico con una silueta imponente. Ver los 7 coches de James Bond más elegantes y peculiares. El gran problema está en lo que nos dice la letra pequeña de ese anuncio: este Aston Martin DBS no vio la luz durante casi tres décadas, hasta que alguien lo halló escondido, y un tanto desvencijado, en un granero de la isla de Jersey.
Al parecer, su primer dueño se hizo con este Aston Martin DBS de finales de los sesenta en Surrey, en 1968. Poco después, este Aston Martin DBS llegaría a un nuevo dueño que lo trasladaría hasta la isla de Jersey, donde fue utilizado por su propietario hasta 1986. Aunque los 50.000 kilómetros que marca en su instrumentación no están garantizados, podrían explicarse precisamente por el reducido tamaño de esta isla, tan de actualidad estos días en los que se habla tanto de paraísos fiscales, y el uso ocasional que habría hecho su propietario de él.
El gran problema está, precisamente, en haber pasado casi tres décadas escondido en un granero, sin ver la luz, y sin los cuidados que exige cualquier coche para vencer al paso del tiempo. Esa es la razón por la cual luce de esta guisa, según las fotografías publicadas por la casa de subastas Silverstone Auctions que se encargará de buscarle un nuevo dueño en las próximas semanas.
La gran duda que tendrá que afrontar su nuevo propietario será precisamente esa, la de restaurarlo para recuperar su excelencia original, o la de mantenerlo como hasta ahora. Lógicamente la primera opción es la menos sencilla, pero también la más gratificante. Aunque el trabajo de restauración que exige este clásico pueda ser muy laborioso, y costoso, parece una buena base para un apasionante proyecto de restauración.
A finales de los sesenta, Aston Martin había trabajado en un flamante sucesor para el Aston Martin DB6, que estaba pensado para equipar un motor de ocho cilindros en uve. Pero el motor V8 no llegó a tiempo, y Aston Martin decidió lanzar este deportivo con motor seis en línea del que se producirían 787 unidades hasta 1972, en paralelo con un Aston Martin V8 (también comercializado al principio como DBS V8).
Este clásico será subastado por Silverstone Auctions en mayo, con un precio estimado entre las 50.000 y las 60.000 libras, es decir, entre 63.000 y 77.000 euros.
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