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Cada día compramos más coches automáticos. En Diariomotor te hemos dado unos cuantos consejos sobre los automáticos, tanto sobre su uso en el día a día como acerca de sus cuidados. Uno de los vicios más comunes en el uso de las cajas automáticas es usar su posición de parking como si del freno de mano se tratase. Es un mal hábito sencillo de adquirir, que compromete la fiabilidad de la caja a largo plazo y somete a sus componentes a un estrés innecesario. Te contamos por qué, y cómo debes estacionar tu coche automático.
¿Por qué no debo usar la posición de parking como el freno de mano?
Lo he visto más frecuentemente de lo debido, especialmente en países como EE.UU., pero últimamente, también en España. Algunos conductores usan la posición de parking del cambio automático para impedir que el coche se desplace una vez aparcado. Muchos siquiera usan el freno de estacionamiento del coche. He llegado a conocer a gente que no sabe dónde se encuentra. Verídico. En cuanto levantan el pie del coche de servicio el coche se mueve unos centímetros hasta que la caja de cambios para su inercia, con un vaivén doloroso.
Todo el peso del coche recae sobre ciertos componentes de la caja de cambios del coche, en vez de contra unos frenos mucho más potentes, diseñados para parar la masa del coche en movimiento y soportar su peso una vez estacionado. Cuando engranamos la posición P usando la palanca de cambios de nuestro coche automático, un trinquete – una especie de pasador – «muerde» el eje secundario de la caja de cambios, bloqueándolo para impedir su movimiento. Si olvidamos el freno de mano, estaremos sometiendo a estos componentes a un estrés innecesario.
El trinquete de estacionamiento – «parking pawl» en inglés – puede llegar a dañarse con el tiempo, especialmente si aparcamos en zonas con fuertes inclinaciones. Es en dichas situaciones cuando escuchamos un fuerte golpe en la caja de cambios al mover la palanca de cambios, posiblemente debiendo hacer más fuerza de la cuenta sobre la palanca. Además del trinquete, podemos dañar el varillaje de la caja de cambios si hacemos fuerza excesiva sobre la palanca. Otros componentes de la transmisión también sufren de forma innecesaria.
El problema es que abrir una caja de cambios – especialmente automática – es una operación cara e intensiva en mano de obra. Otro potencial peligro de este mal hábito es lo que ocurrirá si alguien da un buen golpe a tu coche estacionado. El trinquete se romperá y el coche se desplazará libre. Sin embargo, si tenemos el freno de mano accionado, el coche se moverá mucho más difícilmente. Además, en un coche de tracción delantera bloquearemos las cuatro ruedas si accionamos el freno de mano, no sólamente las delanteras.
Cómo aparcar correctamente un vehículo automático
Lo mejor es que esta potencial avería, este desgaste innecesario, es completamente evitable. Sólo hay que seguir los siguientes pasos para estacionar correctamente un vehículo. Parece de perogrullo y lo es, pero conviene recordarlo:
1) Detener el vehículo al completo, manteniendo el freno de servicio pisado.
2) Ponemos la caja de cambios en posición P.
3) Accionamos el freno de mano, que sujetará el peso del coche.
4) Soltamos el freno de servicio y nos bajamos del vehículo.