Todos quieren tener un SUV o un crossover en su garaje (¿qué es un crossover?). Lo respetamos, aunque nuestro objetivo – lejos de ser que consigamos que cambies de opinión – es el de ofrecerte la mayor información al respecto, y lograr que seas consciente de que existen alternativas. Si ya te has decidido y finalmente vas a adquirir un SUV es muy importante que pienses por qué esa es tu decisión de compra, y para qué lo utilizarás. Y será importante porque dependiendo de las decisiones que tomes a la hora de configurarlo su rendimiento, en ciudad, carretera, campo, puede ser muy diferente. De ahí que te recomendemos estas 4 preguntas que debes hacerte antes de comprar un SUV, o un crossover.
1. ¿Lo necesito, o simplemente quiero un SUV?
Se trata de la pregunta del millón. Ya hemos hablado largo y tendido sobre las cualidades de los SUV y los crossover, sobre sus pros y sus contras. Dicho lo cual, en el momento de adquirir un SUV, y antes de seguir con las siguientes preguntas, hemos de reflexionar acerca de la razón que nos lleva a comprar un SUV. ¿Lo hacemos simplemente porque nos gusta su estilo, o porque nos ofrecen algo único, que difícilmente encontraremos en otro producto? Si tenemos claro que nuestra decisión no se fundamenta únicamente en el diseño, porque por ejemplo queremos un vehículo que nos aporte confianza para salir fuera del asfalto, porque nos gusta la altura de sus asientos y su puesto de conducción, por lo accesible o amplio que es el maletero, etcétera, aún existen alternativas interesantes que quizás deberías valorar, que podrían cubrir tus necesidades, y ser una compra más adecuada para colmar tus expectativas.
Ver artículo: 4 alternativas, que cada vez se venden menos, y deberías valorar antes de comprarte un SUV.
2. ¿Qué tamaño debe tener el SUV que cubra mis necesidades?
Puede parecer baladí, y una pregunta que siempre deberíamos hacernos en nuestra decisión de compra, y busquemos un SUV, o cualquier otro coche. Pero ante nosotros tenemos una pregunta muy interesante e importante, que probablemente nos permita hacer una criba importante en nuestra decisión de compra. Hace poco hablaba con un amigo que me pedía consejo para decidirse entre dos coches: un Nissan Qashqai y un Renault Captur. Evidentemente mi respuesta fue sencilla, el factor determinante en este caso para decantarse por uno u otro es el maletero, y el espacio de las plazas traseras. Si el Captur cubre con esas necesidades, será la opción más económica, con diferencia, pero si no cubre con ellas, es necesario escoger un modelo del segmento superior, un Qashqai, o uno de sus rivales.
La cuestión es que, hasta que uno no se dirige al concesionario para abrir el maletero, y sentarse dentro del coche, puede tener la sensación de que diferentes SUV con tamaños muy dispares compiten entre sí. Por sus proporciones, cualquier cliente no entendido podría pensar que un Captur y un Qashqai están en la misma categoría. Pero eso no es cierto. Igualmente, hemos de tener en cuenta que entre los SUV los segmentos cada vez están menos definidos. De manera que en muchos aspectos creo que un Honda HR-V está más cerca de un Captur que de un Qashqai, pero si abrimos su maletero nos encontraremos que probablemente no tenga demasiado que envidiar al Nissan Qashqai. El hábito no hace al monje.
Es importante por lo tanto tener muy claras nuestras necesidades. Si no necesitamos demasiado espacio, un Nissan Juke, y similares, es una opción interesante. Si necesitamos más espacio, un Hyundai Tucson o un Kia Sportage, y similares, es nuestra compra más adecuada. Si necesitamos mucho espacio, aún nos deberíamos ir a un segmento superior, al del Nissan X-Trail y similares, pero quizás configurarlo en 5 plazas, salvo que vayamos a viajar con 6 o 7 personas a bordo en algunas ocasiones. Antes incluso de visitar los concesionarios, lo mejor es echar un vistazo a herramientas como nuestro ¿Qué coche me compro?
3. ¿Voy a salir al campo? ¿Me interesa la tracción total?
De nuevo una pregunta importante. La mayoría de los clientes que adquieren un SUV, o un crossover, lo hace para conducirlo prácticamente el 100% de su tiempo en ciudad y carretera. De ahí que adquirir un vehículo con tracción a un eje, generalmente delantera, sea la opción más habitual, y probablemente la más recomendable si nuestro presupuesto es ajustado. Si tenemos un presupuesto más holgado, aún así, la tracción total no debe descartarse, porque siempre supone un plus de seguridad en carretera. Y aunque la tracción total siempre siga suponiendo un extra de peso, complejidad, y aumento de los consumos, los sistemas de tracción a las cuatro ruedas modernos son más eficientes, al contar con diferenciales inteligentes que solo reparten la tracción a las cuatro ruedas cuando sea necesario.
Si vamos a salir fuera del asfalto, por ejemplo, porque todos los fines de semana vamos a nuestra finca, y para llegar a ella hemos de circular por caminos que pueden presentar grandes surcos, charcos, etcétera, la opción de la tracción total gana interés. Y no solo eso. También resulta interesante optar por una versión más enfocada a un uso fuera del asfalto. Muchos SUV cuentan con versiones que ofrecen defensas con mejores protecciones, suspensiones con más recorrido y mayor altura libre al suelo, mejores ángulos de ataque, etcétera.
En cualquier caso la tracción total no es la solución a todos nuestros problemas. ¿La he escogido únicamente porque me gusta ir todos los fines de semana a la nieve, o vivo en un pueblo en el que en invierno nieva mucho? ¿La he escogido para evitar quedarme atascado en los barrizales que tengo que superar para llegar a mi finca? Has de saber que para lo primero no solo necesitas tracción a las cuatro ruedas, sino también un neumático de invierno. Y que para lo segundo, resulta mucho más efectivo un buen neumático M+S que la tracción total, por increíble que resulte.
4. ¿Qué neumáticos, y qué llantas escojo?
Decíamos que no siempre la tracción total nos va a sacar de cualquier atolladero. Superar un barrizal, o una pendiente pronunciada sobre firme deslizante, es mucho más sencillo en un coche con tracción delantera y neumáticos M+S (del inglés mud and snow), que con un coche con tracción a las cuatro ruedas y neumáticos de carretera. Un puerto en el que se exigen cadenas por una nevada no puedes superarlo únicamente con un vehículo con tracción a las cuatro ruedas, necesitarás emplear cadenas o, la solución más adecuada de todas, neumáticos de invierno. En ciertos modelos existen versiones que pueden equiparse de serie con neumáticos M+S, como el Peugeot 2008 con acabado Allure y GT Line. Si vamos a tener que superar barrizales es una opción excelente.
También hemos de tener sumo cuidado con el tamaño de la llanta. Una llanta de mayor tamaño por regla general es menos cómoda fuera del asfalto, por no hablar del riesgo de desllantar si el perfil es bajo. También aconsejo, y no solo a la hora de elegir un SUV, calcular el precio de una sustitución de los 4 neumáticos antes de adquirir un coche. Quizás una llanta más grande implique que el coste de sustituir los neumáticos se eleve demasiado. Calculando este detalle nos ahorraremos sorpresas más tarde.
Otro aspecto que tampoco debemos descuidar es el de la rueda de repuesto. Últimamente se ha impuesto la norma de no equipar rueda de repuesto, o en su defecto una rueda temporal (de galleta), o incluso conformarse con un kit de reparación de pinchazos. Los SUV no se han librado de esta moda. En carretera probablemente sea una opción inteligente, pero si frecuentamos caminos, y zonas complicadas, con baches, y piedras, yo me siento más seguro sabiendo que llevo una rueda de repuesto en el maletero, para solventar situaciones en las que esta es la única solución posible, como un desllantado, que en zonas complicadas es una incidencia más habitual de lo que podamos pensar. En este caso, es importante consultar en el concesionario antes de adquirir el coche la posibilidad de sustituir ese kit de reparación de pinchazos de serie por una rueda de repuesto. Aunque lo normal es que conlleve reducir el espacio útil del maletero.
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