Eran los años 60, y Volkswagen hacía millones y millones de marcos vendiendo sus Beetle a espuertas. Estados Unidos fue uno de los mercados donde los pequeños utilitarios más triunfaron, junto a sus Transporter, que terminarían convirtiéndose en un icono del movimiento hippie. Fue una época de experimentos para Volkswagen, y uno de sus primeros vehículos experimentales recibió el código interno EA 128. Lo que Volkswagen no sabía es que casi crearon un Porsche Panamera, 45 años antes de que fuese lanzado al mercado.
Volkswagen quería conquistar el mercado estadounidense, pero sabía que los consumidores demandaban vehículos familiares mucho más grandes y confortables. Era la época del baby boom, y las familias eran grandes, con dos o más hijos que debían ocupar un gran asiento trasero que el Beetle no podía ofrecer. Porsche se encontraba inmersa en el desarrollo del Porsche 911, que sería lanzado en 1963. Dada la relación entre ambas empresas, Volkswagen decidió producir lo que a todos los efectos era un Porsche 911 con la carrocería de una berlina.
El Volkswagen EA 128 tenía a los Chevrolet Corvair como claro objetivo a batir. Berlinas asequibles, espaciosas y dotadas de un motor de seis cilindros refrigerado por aire en posición trasera. Para lograr un producto comparable, Volkswagen creó un prototipo de 4,70 metros de longitud y estética casi futurista, de líneas limpias, ópticas muy bien definidas y sin calandra – como el Tesla Model 3. Como era costumbre en la época en EE.UU., tenía dos filas de asientos que eran simplemente dos bancos corridos, con capacidad para seis personas.
Mecánicamente, era un coche realmente similar al Porsche 911. Empleaba su motor bóxer de seis cilindros y dos litros, aunque con una potencia suavizada hasta los 90 CV. Una potencia escasa en comparación a una berlina americana media, pero con un buen par motor. El motor era sencillo, fiable y refrigerado por aire. Del deportivo alemán también heredaba sus ejes, su sistema de suspensión, su dirección e incluso su volante y salpicadero. No está completamente claro, pero posiblemente empleaba una plataforma de 911 muy modificada.
Incluso las llantas son claramente Porsche. Un detalle curioso es que Volkswagen conservó la caja de cambios manual del Porsche 911, mientras que en Estados Unidos la mayor parte de coches ya usaba entonces cambios automáticos. ¿Por qué Volkswagen no llegó a construir esta berlina de alma Porsche? ¿Por qué este Porsche Panamera en potencia no llegó a producción? Una simple cuestión de coste. Querían un producto sencillo y asequible, y los componentes Porsche no ayudaban a llegar al objetivo de precio.
Porsche produjo el 989 a finales de los años 80. Fue el primer intento de una berlina de cuatro puertas por parte de los de Zuffenhausen. Pero el proyecto tampoco llegó a cuajarse. Fue hace apenas unos años cuando el Porsche Panamera fue lanzado al mercado. Su árbol genealógico es largo como hemos podido comprobar, y este Volkswagen EA 128 es claramente el abuelo de la familia. Actualmente se encuentra expuesto en el museo que Volkswagen posee en Wolfsburgo, junto a otros prototipos únicos, como el Volkswagen Golf Mk3 A59.
Fuente: Jalopnik | autoblog.nl
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