Sin pensarlo, a la de tres. ¿Cuál ha sido el primer BMW Motorsport de calle? Si has dicho BMW M1 no te vamos a descalificar, pero realmente no fue el primer M de calle. El primer BMW Motorsport de calle, o más bien el primer coche de calle en llevar emblemas de BMW Motorsport, fue el desconocido BMW 530 MLE. No os preocupéis, yo tampoco había oído hablar del coche hasta hace unos días, cuando documentándome acerca del BMW 333i descubrí su existencia. Y ahora vosotros también sabréis todo lo que hay que saber acerca de este curioso deportivo.
Antes de meternos en harina, es conveniente recordar los orígenes de BMW Sudáfrica. Fue la primera filial productiva de BMW fuera de Alemania, y comenzó ensamblando kits SKD y CKD enviados directamente desde Alemania a principios de los años 70. BMW pronto vió el potencial de este mercado y comenzó a delegar más labores a BMW Sudáfrica, como por ejemplo la estampación de piezas de carrocería o la fabricación de componentes del interior. Los BMW Serie 3 E30 ya eran construidos en su práctica totalidad en Sudáfrica.
Los E12 fueron un éxito desde el principio, y sus ventas aumentaban cada año. El público adinerado sudafricano – recordemos que estamos en tiempos de apartheid – era aficionado a la competición automovilística. BMW trató de capitalizar esta afición con un BMW 3.0 CSL de competición, que batallaba en los circuitos en las «Star Modified Production Series». Este campeonato de turismos era el coto privado de fabricantes como Ford o Datsun, que dominaban con puño de hierro la competición automovilística más importante del país.
BMW Sudáfrica encargó a BMW Motorsport en Alemania la producción de un vehículo de competición basado en la Serie 5 que producían localmente. Motorsport colaboró con los hermanos Schnitzer – sí, los mismos que después fundarían la famosa empresa de preparaciones – en el desarrollo de un coche de competición basado en el BMW 525 E12. Para poder competir BMW tenía que demostrar que había producido 100 unidades de calle. Tras la luz verde de BMW Alemania, comienza la producción del primer M de calle, sudafricano y de cuatro puertas.
Fue bautizado como BMW 530 MLE, una abreviatura de Motorsport Limited Edition. BMW produjo estos coches justo a tiempo de la competición estrella del campeonato, demostrando el mismo Día de la República que había vendido las 100 unidades reglamentarias. El BMW 530 MLE tenía el mismo chasis y motor del coche de competición. Su tren de rodaje estaba adaptado a las calles, pero empleaba multitud de técnicas de ahorro de peso antes nunca vistas en un coche de calle. Un laboratorio rodante, un auténtico M de pura cepa.
Su motor era un bloque M30 «big-six» de seis cilindros en línea y tres litros de cilindrada, procedente de los BMW E3 3.0. Aunque sólo tenía dos válvulas por cilindro, la magia de BMW Motorsport y una alimentación por dos carburadores Zenith lograba una potencia máxima de 200 CV a 6.000 rpm y 277 Nm de par máximo a 4.350 rpm. En el coche de competición el motor desarrollaba la friolera de 275 CV. Este propulsor disponía de un radiador dedicado para el aceite y su cigüeñal era mucho más ligero que el de otros BMW Serie 5 E12.
El motor estaba conectado a una caja de cambios Getrag de cinco relaciones y un diferencial autoblocante mecánico en el eje trasero. Su tren de rodaje estaba muy optimizado, con amortiguadores Bilstein de altas prestaciones en las cuatro ruedas y llantas de aleación BBS Mahle de 14 pulgadas, sobre las que se montaban neumáticos deportivos de 195 mm de sección. Nuevas estabilizadoras y discos de freno ventilados – con pinzas de cuatro pistones delante – cerraban un paquete excepcional para un coche de calle. Un verdadero M.
Antes había mencionado la ligereza en la construcción del BMW 530 MLE. Su peso en orden de marcha era de 1.233 kilogramos. Fue posible gracias a una dieta de ahorro digna de un coche como el BMW M4 GTS. Para empezar, su carrocería era más fina y usaban menos pintura. Algunos paneles eran de aluminio y se perforaron agujeros en zonas poco visibles del coche. En su interior, se le dotó de asientos deportivos Scheel, mucho más ligeros que las butacas de serie. El asiento trasero estaba relleno de espuma, y carecía de muelles.
Exteriormente, montaba un kit de carrocería con pasos de rueda ensanchados con piezas de plástico, y un enorme paragolpes delantero con los colores de BMW Motorsport. Los faros estaban protegidos con una fina rejilla de aluminio, con track days en circuito en mente. Visto en perspectiva, era realmente similar al icónico BMW 2002 turbo, el primer coche de calle en el que BMW Motorsport contribuyó al desarrollo, sin ser considerado un modelo Motorsport puro como sí podría ser el M1, o este peculiar BMW 530 MLE.
Fuente: e12.de | FirstFives.org | SithWP
En Diariomotor: