Decía Matthias Mueller, CEO de Volkswagen, que en un futuro próximo su principal producto no serán los coches (Automotive News). Y no, en este caso no nos referimos a sus famosas salchichas (¿Sabías que Volkswagen fabrica más salchichas que coches?). Volkswagen asegura que su futuro pasa por convertirse en un proveedor de movilidad, y esa es su promesa para sus clientes. ¿Pero de verdad qué significa eso? ¿Es un bonito eslogan de marketing, ahora que el Das Auto parece demasiado pretencioso, o esconde una estrategia real?
Dicen que si no puedes con el enemigo, lo mejor es unirte a él. No sabemos si los fabricantes de coches habrán pensado en el coche compartido, y la economía colaborativa, como su enemigo número uno. Porque no lo es. Los jóvenes compran cada vez menos coches, y no se debe a la existencia de Uber, ni BlaBlaCar, sino a factores mucho más profundos. O eso dicen los expertos.
Lo obvio es pensar que influye la situación económica. Y en efecto así es. Pero el problema a largo plazo, según estudios como los elaborados en los últimos años por consultoras como KPMG, está en que esos jóvenes no tienen necesidad de comprar un coche. El estilo de vida urbano, el cambio de la filosofía acerca del valor de la propiedad, e incluso la evolución de las prioridades de los jóvenes, hacen que la industria del automóvil ya esté valorando cuál será su respuesta ante el reto que plantea el desinterés de los jóvenes por comprar un coche.
Imágenes de la Volkswagen Budd-e.
Hace veinte años nadie se hubiera planteado que a menudo existen alternativas, incluso la de coger el taxi, mejores en términos económicos que comprar un coche. Es ahí donde entra en juego la economía colaborativa, y el coche compartido. La mayoría de los jóvenes en Occidente vive en núcleos urbanos, en los que efectivamente existen alternativas al coche privado.
Y es ahí precisamente donde Volkswagen, Toyota, y otros fabricantes quieren estar presentes. La mención de Volkswagen y Toyota, sin ir más lejos, se debe a que precisamente son las dos marcas que han apostado recientemente por invertir en los servicios de Gett, y Uber, respectivamente, que proponen un nuevo de modelo de transporte con chófer alternativo al taxi. Más información acerca de la unión entre Toyota y Uber.
De cara a un futuro, aún más lejano, la visión de entrar en este negocio es aún más importante. El coche autónomo puede ser la auténtica revolución del transporte, casi tanto como la industrialización que facilitó la fabricación masiva de automóviles, y su posterior democratización. Y llegado ese día es muy probable que nuestra necesidad de coche privado sea aún menor que ahora, contando con coches compartidos a nuestro alcance en cualquier momento, y para cualquier trayecto.
Ese es el futuro que nos está tocando, y aún nos tocará vivir. Aunque, seamos honestos, ¿quién quiere que le lleven en coche, o montar en bicicleta, y renunciar a la diversión de conducir, aunque solo sea por placer?
En Diariomotor: