La semana pasada conocíamos una noticia trágica, que no ha generado poca controversia estos días. Un conductor fallecía en California en un accidente en un Tesla Model S mientras circulaba en modo Autopilot. Recordemos que Autopilot es un modo de conducción semi-autónoma, en el que la tecnología de Tesla toma los mandos para pilotar el vehículo en unas condiciones determinadas, mantener la velocidad, girar, o incluso practicar adelantamientos. Aunque todo apunte a que la culpabilidad del siniestro recaerá en el conductor del otro vehículo, en un humano, este accidente no ha hecho otra cosa que acrecentar la preocupación de los conductores por ver cómo las máquinas relegan al conductor al mero papel de pasajero, y la preocupación porque el coche autónomo llegue a las carreteras.
1. ¿Cómo afectarán los accidentes mortales al coche autónomo?
Probablemente sea la pregunta del millón. Hace unos meses conocíamos en una entrevista de Mashable, que Stephan Boulter, Project Manager del Jaguar XF, tenía un gran temor. Y su temor no era otro que el hecho de que la llegada prematura del coche autónomo, sin las pertinentes pruebas, tuviera como consecuencia que se produjeran accidentes graves en los que, incluso sin culpabilidad de la capa tecnológica, supusieran un frenazo en el avance del coche autónomo.
Mucho nos tememos que estos accidentes aumentarán la desconfianza que genera el coche autónomo. No hay más que ver los comentarios que generó el accidente del Tesla, o los comentarios y opiniones encontradas que vemos en cualquier entrada sobre el coche autónomo. Al hilo de este tema, mi compañero Sergio publicaba una entrada sumamente interesante del porqué ese miedo irrefrenable al coche autónomo, o incluso a volar. ¿Por qué genera tantos temores un medio de transporte tan seguro – las cifras lo refrendan – como el avión? ¿Por qué tenemos tanto miedo a que los coches autónomo conquisten las carreteras, aún siendo conscientes de que podrían acabar con la mayoría de los accidentes de tráfico, que por cierto se producen por despistes o irresponsabilidades de los humanos?
La industria del automóvil ha de asumir que cada accidente en el que esté implicado un coche autónomo, sea culpa, o no, de la propia tecnología del coche autónomo, aumentará aún más la desconfianza del cliente ante esta tecnología.
2. ¿Bastan las cifras, y una tasa de siniestralidad baja, para justificar el coche autónomo?
Tesla proporcionaba una cifra muy ilustrativa. Estamos ante el primer accidente mortal de Autopilot en más de 210 millones de kilómetros recorridos utilizando este modo de conducción semi-autónoma desde su lanzamiento. En las carreteras de los Estados Unidos se produce, de media, un fallecido en accidente de tráfico cada 151 millones de kilómetros, cifra que a nivel mundial desciende hasta los 96 millones de kilómetros. Tesla intenta recordarnos que Autopilot habría demostrado, de alguna forma, ser más seguro que un conductor humano conduciendo. Aunque a mi juicio esa comparación exigiría de un muestreo, de un volumen de kilómetros recorridos en modo autónomo, más representativo.
Si tenemos en cuenta que la mayoría de los accidentes de tráfico se deben a una imprudencia, o un despiste, de un conductor es de suponer que esas cifras seguirán beneficiando al coche autónomo, y que su tasa de accidentes, y de accidentes mortales, será inferior.
Es más, ya hay quien pronostica que la popularización del coche autónomo podría llevarnos a la situación inversa, al momento en que no nos podamos permitir dejar a los conductores ejercer su tarea de conducir, por su potencial riesgo de sufrir un accidente, por incurrir en un despiste, o cometer una irresponsabilidad.
3. ¿Hasta cuándo los modos de conducción semi-autónoma tendrán que estar supervisados por el conductor?
Aunque desde Tesla se haya vendido a Autopilot como un piloto automático, con capacidades de coche autónomo, la marca esgrime que el conductor siempre ha de ser consciente de que estamos ante una tecnología en desarrollo, en fase beta, y que el conductor no solo ha de mantener la atención en la carretera, sino también las manos en el volante durante todo el tiempo para atender a cualquier eventualidad que se produzca en carretera. Ese doble discurso es muy problemático, sobre todo si tenemos en cuenta que las implicaciones de un accidente en un coche en modo semi-autónomo, y las consecuencias legales y sus repercusiones no son un problema menor.
Mi sorpresa fue mayúscula cuando leía que el conductor del camión implicado en el accidente, del que aparentemente había sido culpable, aseguraba que el «conductor-pasajero» del Tesla Model S estaba viendo una película de Harry Potter (Jalopnik).
La gravedad de un accidente mortal nos lleva a constatar que la tecnología del coche autónomo solo puede estar presente en la calle si los fabricantes aseguran una fiabilidad total de sus sistemas, y las aseguradoras se responsabilizan de los «actos» de esta tecnología.
4. ¿Cómo será la convivencia entre coches autónomos y conductores?
Probablemente sea uno de los puntos más críticos y el gran problema del coche autónomo, el de asumir que tendrá que existir una convivencia entre conductores y coches autónomos. Esto complicará sobremanera el desarrollo del coche autónomo, en tanto los conductores a menudo no somos predecibles. Y probablemente esa sea la conclusión más interesante que habría extraído Google analizando los accidentes de sus coches autónomos en pruebas en Estados Unidos.
En la inmensa mayoría de los accidentes sufridos por el coche autónomo de Google se vieron implicados otros vehículos, conducidos por humanos, por cierto, con la culpabilidad de estos en el siniestro. En las últimas semanas hemos visto como tareas tan cotidianas como pitar con la bocina, para evitar una colisión, suponen no pocos retos para los desarrolladores de coches autónomos.
Aunque no sea normal que un camión invada, en la perpendicular, una autopista, como en el accidente sufrido por un Tesla Model S, el coche autónomo debería estar preparado para enfrentarse a cualquier eventualidad generada por un conductor, por remota e increíble que resulte.
5. ¿Cuál es el grado de fiabilidad de los sensores y sistemas de reconocimiento de imágenes?
El accidente sufrido estos días por un Tesla Model S, y otros incidentes que hemos visto en Youtube desde que se presentó Autopilot, nos llevan a preguntarnos por la precisión y efectividad de sensores y sistemas de reconocimiento de imágenes. Según Tesla, Autopilot no fue capaz de detectar al camión que invadió la carretera por el hecho de que su lateral blanco se fundiera con la claridad del cielo en un día soleado. Aunque esa no fuera la causa del accidente, y quizás no hubiera podido evitarlo, ¿hasta qué punto puede la tecnología equipada por el Tesla Model S, o la equipada por los primeros prototipos autónomos, garantizar la máxima precisión y efectividad en el reconocimiento de imágenes?
Pensemos que la tecnología ha de lidiar con situaciones que a menudo son predecibles y cambiantes. Y que en la carretera no solo podríamos encontrarnos con otro coche, sino también con la invasión de animales domésticos o salvajes, un árbol, un desprendimiento de rocas…
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