Hace 75 años comenzó la producción del Willys-Overland MB. Los Jeep comenzaron su existencia como todoterrenos ligeros, diseñados para permitir una gran movilidad a las tropas estadounidenses en el campo de batalla. Hoy Jeep es una marca casi de culto, con seguidores y fans muy leales, que jamás pensarían en comprar otro vehículo. Hasta ahora mi único contacto con Jeep había sido un Compass, uno de los productos menos dignos de la marca estadounidense. Con el Jeep Renegade, alcanzan la redención, y con esta serie especial, celebran sus 75 años de vida.
Del Willys MB al Jeep Renegade
La historia de Jeep es compleja, aunque sea relativamente corta. ¿Por qué se llama Jeep a los Jeep, si nacieron como Willys MB? Jeep es una abreviatura fonética, derivada de las siglas por las que se conocía al pequeño todoterreno en el argot militar: GP (General Purpose). Otras fuentes apuntan a Eugene the Jeep, una especie de mascota que aparecía en los cómics de Popeye a finales de los años 30, una especie de compañero fiel de aventuras. ¿Cómo terminó el nombre Jeep en la cultura popular?
Tras una demostración de las habilidades del MB en las escaleras del Capitolio de Washington DC, el probador de Willys-Overland dijo a la prensa «it’s a Jeep». La prensa comenzó a referirse a estos versátiles todoterrenos como «jeeps», la bola de nieve se hizo más grande, y tras el conflicto Willys comenzó a vender los «jeeps» militares bajo el acrónimo CJ. «Civilian Jeep». Fue el primer uso comercial del nombre, que Willys consiguió arrebatar a Ford – durante el conflicto construyeron por encargo parte de los MB.
Los «jeep» fabricados por Ford durante el conflicto tenían una calandra de nueve barras verticales. Para distinguir comercialmente a sus vehículos y darles la personalidad requerida para registrar la marca, Willys equipó sus CJ con calandras de siete barras verticales. Desde entonces, todos los Jeep han conservado esta seña de identidad. ¿Por qué os estoy contando este rollo? Porque el Jeep Renegade 75 Aniversario ha tenido en cuenta la historia de la marca, rindiendo homenaje a todos sus pequeños detalles y guiños.
Willys terminaría bajo el amparo de Kaiser Motors años después, produciendo los ya conocidos Kaiser-Jeep, hoy clásicos muy solicitados. American Motors Corporation terminaría haciéndose en 1970 con el control de Kaiser-Jeep. Sería AMC la que más desarrollaría la marca, sentando las bases de los tremendamente populares Cherokee XJ, antes de ser adquirida por Chrysler en 1987. Jeep ya tenía entidad propia, explotando en popularidad desde los años 70. Hoy, es una rentable división del Grupo FCA. No podía decirse lo mismo hace pocos años.
El consorcio italo-americano ha insuflado nueva vida en la marca, que vendió en 2015 nada menos que 1,2 millones de vehículos, cuadriplicando las cifras pre-Fiat. Hoy, es la marca más exitosa del Grupo FCA con diferencia. Una completa renovación de productos y nuevas ofensivas de producto tienen la culpa. La punta de lanza de esa ofensiva es el coche que tenemos entre manos, el Jeep Renegade. Un coche extremadamente importante para la marca, que busca su sitio en el mundo crossover sin renunciar a sus raíces.
Conociendo al Jeep Renegade
El Jeep Renegade es un SUV compacto. Algunos podrían considerarlo un crossover, pero habida cuenta de sus habilidades todoterreno y su legado, es justo que lo llamemos SUV. Comparte plataforma y motorizaciones con el Fiat 500X, pero mientras que el italiano es refinado, elegante y chic, el Jeep Renegade es su primo aventurero, al que le gustan los deportes de aventura y llamar la atención. El Jeep Renegade tiene en su pared un poster del Wrangler, y a él se intenta parecer, con un diseño cuadriculado y una imagen robusta.
Es esta imagen su principal arma, en un segmento muy duro en el que destacar es realmente importante. La edición especial 75 Aniversario cuenta con detalles y colores exclusivos que buscan esa distinción de la competencia. El Anvil Grey de su carrocería o el tono bronce mate para la calandra, algunas molduras y sus llantas de 18 pulgadas son algunos de los detalles exclusivos de esta versión. Los emblemas específicos y molduras interiores en color bronce se unen a la enorme colección de detalles, guiños, y huevos de Pascua del Renegade.
Me gusta el Renegade, me gusta que desde cualquier ángulo sea identificable como un Jeep. En su presentación ya me llamaron la atención sus ópticas traseras, su simpático frontal. Para darle un aspecto aún más retro, esta edición especial 75 Aniversario equipa de serie el techo MySky. Es un techo solar de fibra de vidrio, cuya peculiaridad es que se puede desmontar, convirtiendo al Renegade en un mini-descapotable. Os explico su funcionamiento y todos los detalles en este artículo del Garaje Diariomotor.
A bordo del Jeep Renegade
Por fortuna, el Jeep Renegade está a años luz del Compass, al que ha reemplazado. De la prueba que en su día publicamos se desprendían dos fallos grandes: una calidad interior muy justa y una ergonomía mejorable, tanto en el puesto de conducción como en las plazas traseras. El Jeep Renegade tiene hoy en día uno de los diseños de interior mejor resueltos del segmento. Aunque no destaca especialmente en ningún aspecto, tiene personalidad, y muchos detalles hechos para facilitarnos un poco más la vida a bordo.
Como por ejemplo, dos tomas USB, un enchufe convencional de 230 voltios (opcional) o un agarradero en el salpicadero para que el acompañante no tenga problemas al circular fuera del asfalto. La instrumentación tiene una salpicadura de barro para indicar la zona roja del cuentavueltas, y su pantalla TFT permite acceder a toneladas de información. El ordenador de a bordo dispone de medidor de temperatura del agua y del aceite, algo que valoramos muy positivamente: no quieres pisar el acelerador más de la cuenta con el aceite frío.
Muy buena lectura para este ordenador de a bordo, cuya pantalla es curiosamente más grande que la pantalla del sistema de infoentretenimiento, un Uconnect de última generación con pantalla de 6,5 pulgadas. Sólo he encontrado un fallo de ergonomía en el Jeep Renegade: es sencillo – tanto para conductor como pasajero, sobretodo si su estatura supera la media – desplazar con la rodilla las ruletas de temperatura del climatizador. Sin darnos cuenta, en más de una ocasión hemos alterado la temperatura en varios grados Celsius.
¿Se viaja amplio en el Jeep Renegade? En las plazas delanteras no tengo queja alguna de espacio, en ninguna cota. Los asientos recogen bien el cuerpo y tienen multitud de ajustes. El espacio en las plazas traseras es suficiente, aunque a nivel de anchura tres pasajeros viajan justos. Quizá sea una manía personal, pero la longitud de la banqueta trasera se me antoja algo escasa. En ambas filas de asientos hay muchos centímetros libres hasta el techo, por lo que el Renegade parece un buen coche para personas altas.
Hay que tener en cuenta que el Jeep Renegade sólo mide 4,25 metros de longitud: en relación a su tamaño exterior, es un coche muy espacioso. El maletero del Jeep Renegade tiene 350 litros de capacidad, una cifra correcta, algo escasa en relación a sus rivales: el Mitsubishi ASX tiene 416 litros de volumen y el Nissan Qashqai ya se va a los 430 litros – es 10 cm más largo que el Renegade. Bajo el piso del maletero hay mucho espacio, que en nuestra unidad estaba ocupado por una rueda de repuesto a tamaño completo.
Es un extra de 252 euros que se nos hace imprescindible con mínimas aspiraciones 4×4. Abatiendo la segunda fila de asientos se obtiene un espacio de carga completamente plano, de unos 1,3 metros cúbicos de volumen.
Diésel de 140 CV y tracción total: nuestras impresiones
El motor de nuestra unidad es un 2.0 Multijet de 140 CV. Un propulsor de origen Fiat, ya conocido en otros vehículos del Grupo FCA. Es un motor no demasiado apretado, que transmite sus vibraciones al habitáculo hasta que coge algo de temperatura. Sus 140 CV de potencia están acompañados de un más que abundante par motor: 350 Nm a sólo 1.500 rpm. El motor destaca por una fuerza en bajas envidiable, que rivales con motores de 1,6 litros y potencias similares no pueden presumir: hace falta más cilindrada para eso.
Desde las 1.200 rpm empuja con fuerza, sin decaer hasta más allá de las 4.000 rpm. Empuja con mucha decisión al Jeep Renegade, y sin ser un deportivo, permite solventar con garantía los adelantamientos en carretera secundaria. Ahora bien, su sonido en cuanto estiramos las marchas es poco agradable, y a partir de las 3.500 rpm es simplemente ruido: sube una marcha. Esta abundancia de par motor y un peso contenido – 1.505 kilogramos con tracción total – permite una conducción relajada, sin necesidad de jugar demasiado con el cambio.
Este Jeep Renegade me ha acompañado durante más de 3.000 km, en los que lo he podido probar en toda circunstancia imaginable. Asumo que es un coche que pisará habitualmente el campo, aunque pase mucho tiempo en las calles de alguna ciudad, y en las carreteras que la rodean. En el ámbito urbano dispone de un sistema Stop&Start bien puesto a punto, si bien no demasiado rápido – en alguna ocasión lo he desactivado. En ciudad es un coche ágil, pero me ha dado la sensación de parecer más grande de lo que realmente es.
Es más corto que un Volkswagen Golf, y se aparca sin problema alguno. Sólo hay que acostumbrarse a sus medidas, y a una visibilidad que hacia los tres cuartos traseros no es la mejor del segmento. A cambio, está muy bien aislado y se conduce con facilidad, con un juego de embrague y caja de cambios muy natural. La suspensión resulta algo seca sobre las irregularidades del asfalto. En carretera es un buen apoyo a la dinámica del coche, y a un paso por curva ágil, que no esperaba encontrarme en un vehículo Jeep.
Puertos de montaña, autopistas, rondas… todas las he recorrido con el Jeep, que brilla por un motor de excelente respuesta, que peca de un consumo algo elevado. Estamos en pleno verano y el aire acondicionado siempre ha estado encendido, pero ha sido muy complicado bajar de los 6 l/100 km. En un recorrido extraurbano a velocidades legales en el que otros SUV – incluso más grandes y potentes – consumen menos de 6 l/100 km, el Jeep Renegade se ha bebido 6,8 litros por cada 100 kilómetros recorridos.
El consumo realmente siempre ha oscilado entre los 6 y los 7 litros/100 km. Sólo ha subido en recorridos urbanos. La autonomía real del coche, con un depósito de 48 litros – sí que debería tener algo más de depósito – ha rondado los 550-600 kilómetros. El Jeep Renegade es un SUV pero quiere ser un todoterreno, y lo demuestra con una altura al suelo mínima de 200 mm, y unas cotas off-road que sacan los colores a todos sus rivales. Su ángulo de entrada es de 21º, su ángulo de salida de 31º y su ángulo ventral de unos excelente 24º.
No tiene reductora, pero su primera es bastante corta para compensar su ausencia. El sistema de tracción total del Jeep Renegade se llama Active Drive, y dispone de cuatro modos de conducción, así como un bloqueo del 50% para circulación a baja velocidad. Los modos Sand, Mud y Snow adaptan el reparto de potencia a ambos ejes en tiempo real, permitiendo una circulación óptima por dichos terrenos. Lo he probado en una pista forestal, con profundas roderas de barro, y en ningún momento el coche hizo amago de atascarse.
El cruce de puentes es coser y cantar, como se puede ver en la foto que acompaña estas líneas. Si no sabemos muy bien qué hacer, lo dejamos en modo «Auto» y el coche se encargará de mandar potencia al tren trasero cuando detecte pérdidas de adherencia. Si queremos verdaderas prestaciones off-road, Jeep ofrece la versión Trailhawk del Renegade, con aún más altura libre al suelo y un tren de rodaje reforzado. La versión Trailhawk no tiene rival en el segmento, e incluso cuenta con una reductora y control de descenso de pendientes.
Equipamiento, rivales y conclusiones
Aunque con su motor 2.0 de 140 CV no sea el más económico del segmento y su visibilidad no sea espectacular, el Jeep Renegade es infinitamente mejor que su predecesor. Es un producto bien resuelto, cargado de tecnología y que entra por los ojos, como sus cifras de ventas demuestran. La edición especial 75 Aniversario que hemos probado sólamente está disponible con el motor diésel de 140 CV, aunque ofrece la opción a equipar una caja de cambios automática, con convertidor de par y nada menos que nueve relaciones.
El equipamiento es muy amplio. A los detalles estéticos del 75 Aniversario se une el techo solar desmontable MySky, pantalla de 6,5 pulgadas con navegador y sistema Uconnect, control de crucero o climatizador automático bizona. El precio de la versión manual arranca en 33.800 euros, aunque con los extras de nuestra unidad – el pack de seguridad activa, los faros de xenón, el asistente ParkSense de aparcamiento automático, la rueda de repuesto, la pintura Anvil… – supera los 38.000 euros. No es poco dinero, no.
Los rivales del Jeep Renegade van desde el Nissan Juke a su hermano el Fiat 500X, pasando por el Nissan Qashqai, el Mitsubishi ASX e incluso el SEAT Ateca. Sea como fuere, Jeep tiene ganada la batalla de la imagen de marca, con un aspecto más personal e icónico que sus rivales. Por supuesto que hay rivales más eficientes y rivales más dinámicos en un tramo de curvas, pero ninguno tiene sus capacidades todoterreno o una personalidad tan marcada. Y es este carisma el principal arma del Jeep Renegade. A mí me ha conquistado.
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