Audi inauguró el camino y Bentley toma el testigo, o más bien copia la idea. Con el lanzamiento del Bentley Bentayga Diésel y el Audi SQ7 compartiendo el motor V8 TDI de 435 CV y configuración de 2 turbocompresores + 1 compresor eléctrico, la electrificación de los sistemas de sobrealimentación ya sólo puede ir a más y poco a poco conquistar las mecánicas más modestas a través del abaratamiento de la tecnología y su expansión hacia otros fabricantes. ¿Pero cuándo veremos un compresor eléctrico en nuestros coches?
Habrá que tener paciencia, o no. El compresor eléctrico ha llegado al Grupo Volkswagen-Audi para expandir su uso con cada nuevo lanzamiento de mecánicas diésel, algo que en el futuro a corto plazo nos dibuja un siguiente paso hacia la inminente renovación de los motores 3.0 V6 TDI, motores que hasta hoy han conseguido hasta 326 CV de potencia máxima en modelos como el Audi A7 Sportback BiTDI que hemos probado hace apenas unos días.
Audi ha dibujado una paulatina expansión de su compresor eléctrico a corto-medio plazo, algo necesario para reducir sus costes y multiplicar las posibilidades de la tecnología que todavía hace las veces de suplemento y no de unidad de sobrealimentación primaria. La práctica totalidad de fabricantes han coqueteado ya con la idea de integrar sistemas de sobrealimentación eléctrica, destacando prototipos como el 2.0 Turbo de Volvo con 450 CV, el 1.0 TSI de 272 CV de Volkswagen o el KIA Optima T-Hybrid
El fabricante francés Valeo ha sido el compañero de VAG para hacer debutar la tecnología E-Charger, o también llamada E-Booster, en sus modelos. Otros fabricantes como Borg Warner, Honeywell o IHI ya comienzan a mostrar sus primeros avances en esta tecnología, aunque la reticencia al uso de compresores eléctricos por parte de firmas como BMW – con su motor de 4 Turbos – o Porsche no hará sino ralentizar la implantación de estos sistemas.
¿Y para cuándo un compresor eléctrico en motores gasolina? Por el momento a esta pregunta sólo Volvo nos ha ofrecido respuesta de la mano de Polestar. El fabricante sueco prepara un Volvo S90 con 600 CV partiendo de un motor gasolina de cuatro cilindros turboalimentado y apoyado en un compresor eléctrico y un sistema híbrido.
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