Goodwood House. Chichester. A unas 60 o 70 millas del aeropuerto de Heathrow, Reino Unido. Es el 20 aniversario del Festival de la velocidad de Goodwood. Es el 20 aniversario de lo que ahora considero un lugar de peregrinaje obligado para todo aficionado al motor. Es mi primer año en Goodwood. Por delante, todo un fin de semana viendo, escuchando, tocando… todos esos coches con los que alguna vez hemos soñado. Porsche, Ferrari, Lamborghini, McLaren… creo que es el cielo.
Es viernes. Hasta el sábado no entraré por primera vez a Goodwood. El domingo repetiré, pero ahora toca llegar hasta nuestro alojamiento, circulando en sentido contrario al tráfico que sale ya del parking de Goodwood. El atasco del carril contrario no puede ser más digno de admiración… Un par de Lotus Elise, Porsche, mucho Porsche, unos cuantos Ferrari FF, algún que otro Lamborghini en menor número… y BMW M3, Audi RS o Subaru Impreza STI como utilitarios de los asistentes. Se respira ya pasión. Se respira ambiente de festival.
Y es que Goodwood es lo más parecido a un festival de música que hay en el mundo del motor. Espectáculo en varios escenarios. En este caso el trazado principal, una zona de tierra dedicada al rally y los diferentes paddocks donde además de con la presencia de varias firmas de coches puedes ver como se ponen a punto los coches que más tarde saldrán a pista o disfrutar entre los diferentes puestos de comida y de merchandaising… que va desde camisetas de tu equipo favorito de F1 a piezas de Fórmula 1 recogidas en algún circuito del mundo tras algún percance… pasando por una mesa hecha con parte del motor de un Lamborghini o moldes de los usados por Pininfarina en sus diseños.
Es lo más parecido a un festival de música que hay relacionado con esta nuestra pasión… y el ambiente, dice mucho de la cultura por el automóvil que se respira en Reino Unido. El recinto del festival está lleno. Todas las entradas vendidas. Y está lleno con público de todas las edades. Mujeres y hombres, niños y ancianos…
Entrar por primera vez en el recinto del festival es no saber a donde mirar. A tu lado el prototipo de un superdeportivo que ilusionó a algún niño adolescente allá por los 80. Un poco más allá todo un Ferrari F40. Al fondo, un espectacular Lamborghini Countach en naranja… posiblemente no el más exclusivo de los allí presentes… pero sin duda con un aura, con un encanto… que ensombrece al Bugatti Veyron que reposa sobre el ceped a su lado. Es primera hora de la mañana, los están limpiando tras haber pasado la noche a la interperie. No hay problema alguno en acercarte, tocar, asomarte a su interior… y más aún si hablamos de los superdeportivos modernos.
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El McLaren P1, el Porsche 918 Spyder… sólo se perdió la fiesta el Ferrari LaFerrari y es que los de Maranello estaban más presentes entre los clásicos que entre los coches modernos, aunque allí, junto al Mercedes SLS AMG Black Series estaba aparcado el Ferrari SP12 EC de Eric Clapton. Los que no podían perderse la cita eran los británicos… y es que en este 20 aniversario del Festival de la velocidad de Goodwood Aston Martin y Jaguar estaban muy presentes.
Una firma junto a la otra en el paddock de Michelin, compartiendo sombra con el nuevo Porsche 911 GT3, con el Pagani Huayra o con el Lamborghini Aventador Roadster entre otros muchos ilustres, lucían sus mejores galas en forma de dos superdeportivos conceptuales, el Aston Martin CC100 Speedster Concept, encargándose de revivir al Aston Martin DBR1 y el Jaguar F-Type Project 7 Concept, encargado de llevar al Jaguar F-Type hasta una nueva dimensión, encargado de darle al nuevo roadster de Jaguar un toque clásico, el aroma de Goodwood. El aroma de la pasión, a la británica, por el automovilismo. Ambos, uno al lado del otro, totalmente accesibles, listo para ser toqueteados por los asistentes, listos para ser admirados. Da gusto que las marcas, en un evento repleto de gente, dejen de una manera tan accesible a sus últimas creaciones.
Pero más allá del enorme elenco de deportivos, de clásicos, de coches de competición, posando en cada uno de los diferentes paddocks, hay una pista central de baile donde poder disfrutar de verdad de todos y cada uno de ellos. Con una perfecta organización. Aún siendo decenas de miles de personas. Con un perfecto escenario donde hasta las balas de paja colaboran en esa atmósfera, en ese hervidero de pasión por el automovilismo. Es espectacular poder disfrutar de joyas que ganaron en Le Mans, de joyas clásicas de la Fórmula 1. De clásicos de lo más variopinto… quemando goma, quemando gasolina… poniendo banda sonora al festival… y todo ello mientras compartes mesa con Allan McNish, 3 veces campeón de Le Mans, con Freddie Spencer o Randy Mamola, mientras ves al fondo a Hamilton entrar en su hospitality, a Grosjean saltándose una de las vallas para ir más rápido de un lado a otro o a Sergio Perez, firmando autógrafos antes de ponerse a los mandos del McLaren-Cosworth M23 de 1974.
El trazado de asfalto, estrecho hasta el punto de ser lo más comentado entre los pilotos con los que tenemos la oportunidad de compartir conversación, parece la pasarela de algún gran desfile de moda… McLaren, desplegando todas sus joyas de competición de las últimas décadas. Una buena presencia de monoplazas modernos y clásicos. Porsche con sus coches de Le Mans, con el nuevo 911, con el nuevo 911 GT3. Roadster luciendo bajo el sol de una Inglaterra que bien parecía mediterránea. El McLaren 12C Spider, el Lamborghini Aventador Roadster, el Maserati GranCabrio, el Lotus Exige Roadster… desfiles para todos los gustos y colecciones de todas las generaciones.
Un pequeño balín azul, el Renault Twin’Run Concept, se abre paso entre las balas de paja. También hace lo propio el Skoda Octavia RS. Peugeot no falla con el Peugeot RCZ R y Caterham también saca a pasear, con sus correspondientes 311 caballos, al nuevo Caterham 620R, todo ello sin olvidarnos del Citroën DS3 Cabrio R. Goodwood no es sólo competición, no es sólo clásicos o superdeportivos… Goodwood es también un perfecto escenario, lejos de los habituales salones del automóvil, donde sacar a relucir tus últimas novedades deportivas… algo que seguro veremos aprovechado por cada vez más marcas en los próximos años.
No faltó Nissan, que como no podría ser de otra forma estaba representada por Nismo. No faltó ni Audi ni BMW. No faltó Bentley. No faltó Toyota con el GT 86 y FT 86 Open concept como protagonistas. No faltó Mercedes con un buen elenco de AMG, Lotus o Caterham tampoco, totalmente “en su salsa”… y no faltó un pequeño fabricante mexicano, Vühl, dispuesto a plantarle cara al KTM X-Bow con el Vühl 05. 285 caballos, 725 kg y unos 70.000 euros debutando también en Goodwood.
- Relación peso potencia
- Diversión garantizada
Puntos negativos
- ¿Llegará a comercializarse en Europa?
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Aviones sobrevolando el cielo del festival. Buen tiempo. Música en directo. Comida. Cervezas “made in Goodwood”… y el estruendo de los motores. Todo ello en una perfecta conjunción. Mi primer año en Goodwood. Mi primer fin de semana en el Festival de la Velocidad de Goodwood… y estoy seguro de que no pasaran muchos más años hasta que vuelva.
Toda pasión, en este caso esta nuestra pasión por el automovilismo, necesita de figuras a las que admirar. Necesita lugares de culto. Necesita “fiestas de guardar” como el Gran Premio de Mónaco o las 24 Horas de Le Mans. Si ya teníamos un infierno con Nürburgring, Goodwood bien podría ser el cielo. Un cielo al que por supuesto recomiendo totalmente ir a todo aficionado al motor. No es muy habitual poder disfrutar de clásicos en perfecto estado, de viejas leyendas de la competición, de Fórmulas 1 actuales y clásicos, de motos… junto a las últimas novedades comerciales y concepts cars… todo ello además lejos de las paredes de un salón del automóvil, en las colinas de Chichester. Goodwood, el Festival de la velocidad de Goodwood… es el cielo para todo apasionado al motor.