Bruce Canepa es uno de los coleccionistas de clásicos más famosos de Estados Unidos. Heredero de un negocio familiar de concesionarios, se ha convertido en uno de los mayores expertos en Porsche, y ha canalizado su pasión en una enorme empresa dedicada a la restauración y venta de clásicos. Un hombre de negocio al que todos querríamos imitar. Su última restauración nos ha quitado el hipo: uno de los 40 BMW M1 Procar fabricados, y el único convertido para circulación legal en carretera. Una verdadera joya.
El BMW M1 es un coche muy especial. Es hoy en día uno de los clásicos BMW más valorados, en parte gracias a una escasa producción, de sólo 453 unidades. Fue el primer coche de calle de BMW Motorsport, y durante los años 80, cuarenta unidades fueron construidas con especificación Procar. Estos coches competían en una especie de copa monomarca, que se celebraba junto antes de los Grandes Premios de Fórmula 1, con pilotos de primer nivel a sus mandos. Por supuesto, eran coches mecánicamente diferentes a los M1 de calle.
Sus motores M88 de 3,5 litros y seis cilindros en línea desarrollaban hasta 680 CV en sus versiones turboalimentadas de competición. Estaban aligerados y tenían un kit de carrocería específico, creado con el objetivo de lograr más carga aerodinámica. Esta unidad en concreto nunca llegó a ver los circuitos. Fue creada para el M1 Procar Championship, como «repuesto» de los M1 que sí competían. Tras una serie de transacciones a lo largo de los años, terminó en California, en las manos de Bruce Canepa.
Bruce llevó el coche a su empresa, con el objetivo de restaurarlo al completo y adaptarlo para su uso en carretera. Así comenzó un proceso de años, que ha sido completado hace apenas días, para suspiro y evocación de los amantes de este clásico – reconozcámoslo, nunca podremos conducir una máquina tan exclusiva. Pintado en un elegante color azul grisáceo, el BMW M1 con chasis #094 ha sido restaurado al completo, usando multitud de piezas Procar, así como piezas de otros vehículos, como los frenos Brembo de un Porsche 962.
Sus llantas BBS de 17 pulgadas son de origen Procar, así como sus elementos de suspensión, su kit aerodinámico y otros componentes del chasis, restaurado a partir de repuestos. Los coilovers son de Penske Racing y el fantástico motor M88 fue restaurado por VAC Motorsport. El resultado es que el 3,5 litros de seis cilindros, en este caso atmosférico, desarrolla la friolera de 414 CV, canalizados al tren trasero mediante una caja de cambios manual de cinco relaciones de origen ZF, restaurada por Vintage Racing Motors.
Pero sin duda, el interior es la zona más digna de mención. Restaurada con gusto en el taller de Canepa, todo ha sido cubierto en cuero perforado de alta calidad. El volante y la instrumentación lucen como lo hacían a finales de los 70, y accesorios poco prácticos como los retrovisores eléctricos, el cenicero o algunas toberas de aireación han sido suprimidos, buscando un aire más racing. En definitiva, un coche para soñar que dudamos tenga un precio asequible. Probablemente llegue a las 7 cifras.
Fuente: Canepa
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