Bristol Cars es una empresa británica, que fue fundada hace unos 70 años en la ciudad de idéntico nombre. Desde entonces siempre han producido vehículos de corte Gran Turismo, combinando a la perfección lujo y deportividad. Quizá su mayor problema fue la escasa evolución de su gama de productos, y su carácter de nicho. Su última creación fue el Bristol Fighter, equipado con el V10 de un Dodge Viper. La marca fue rescatada de la bancarrota hace 5 años, y con el nuevo Bristol Bullet demuestran que están listos para volver al ring.
Nunca fue el objetivo de Bristol el volumen. Sus coches son construidos de forma artesanal y la marca no tiene concesionarios – sólo un showroom en Kensington, Londres. Su nuevo Bullet es un speedster de inspiración clásica, creado con altas prestaciones en mente. Su carrocería es de fibra de carbono, entendemos que montada sobre un chasis convencional de acero. Con todo, este deportivo de 4,20 metros de largo es muy ligero, y pesa sólamente 1.100 kilogramos, lo que permite unas prestaciones más que interesantes.
Nos gusta el aire clásico que Bristol ha dado al Bullet, con un frontal inspirado en sus clásicos de los años 50 y una zaga preciosista. El habitáculo apenas está protegido por un pequeño parabrisas, y sus asientos de cuero color marrón quedan expuestos a la mirada de los transeúntes, coronados por dos arcos antivuelco. El diseño del interior es minimalista, con abundancia de cuero y superficies con acabado metálico. Su equipo de infoentretenimiento posee conectividad Bluetooth y WiFi, y el coche arranca por botón, pero no tiene airbags.
Bajo el capó, cuenta con un motor llamado Hércules, en honor al enorme radial de 1.300 CV que Bristol fabricaba, cuando aún era una empresa productora de aviones. Es un motor V8 atmosférico, de 4,8 litros, fabricado por BMW. Es el mismo que usa Morgan en algunos de sus productos, un propulsor que tras la puesta a punto por parte de Bristol, desarrolla 370 CV y un par máximo de 490 Nm. Gracias a un peso contenido, es capaz de acelerar hasta los 100 km/h en 3,8 segundos, alcanzando una velocidad punta de nada menos que 250 km/h.
Habrá que ver ahora qué recepción les da el mercado, y especialmente qué precio tienen. Hay que entender que no son máquinas hechas para competir contra un Porsche 911 o Aston Martin. Son máquinas que tienen en sus rivales a los Morgan, los Noble y otros pequeños fabricantes británicos de bajo volumen. Quizá su mayor fortaleza sea comenzar a acercarse a las altas prestaciones de sus rivales, a los que tan bien parecer irles últimamente. Ahora os preguntamos nosotros, ¿qué os parecen estos fantásticos Bristol Bullet?
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