Horacio Pagani llega una hora tarde a nuestra cita. Viene de dar un paseo por las cercanías de Puerto Banús con su mujer. Ha venido a pasar el fin de semana a Marbella con ella y sus dos hijos, con motivo del Luxury Weekend, una fiesta para realzar las firmas de lujo marbellíes. Le ha invitado Mario Guarnieri, el importador de Pagani en España, un amigo íntimo de la familia Pagani.
Es el segundo fundador de una marca que conozco. Algo poco habitual para los tiempos que corren y la gente de mi generación. Los fundadores de las grandes marcas yacen bajo tierra… En cambio, este argentino aún tiene 66 años. Emigró a Europa recién acabados sus estudios y, gracias a una recomendación del piloto argentino Juan Manuel Fangio, comenzó a trabajar en Lamborghini hasta que fundó Pagani en 1980, inicialmente como un partner tecnológico de la firma de Sant’Agata Bolognese.
El proyecto C8 comenzó en 1980, pero no fue hasta 1999 cuando se presentó el Zonda que posteriormente rompió el récord en Nürburgring. El Zonda dio paso al Huayra en 2011, con un V12 de origen AMG con 700 CV. Una obra de arte realmente exclusiva con un precio que ronda dos millones de euros. Más para coleccionar y pasear, que para usar a diario o pasar por circuito.
Horacio parece una persona cercana, familiar. No es el clásico multimillonario que decide emprender el proyecto de fabricar el último automóvil del momento. Ingeniero y licenciado en Bellas Artes, su perfil encaja más con esta segunda doctrina: es un artista. Poco después de conocerme, me habla de la importancia del arte y los detalles. De cómo los materiales y el trabajo artesanal son el eje sobre el que gira la esencia de cada producto. Me enseña unos zapatos fabricados en fibra de carbono que ha diseñado personalmente, y cuyo valor asciende a más de 50.000 euros. “Para que las señoras de mis clientes no sientan celos cuando su marido se gaste dos millones de euros en un Huayra…”
Pepe Giménez: Pagani vende obras de arte. Un producto para quien busca un deportivo con la máxima exclusividad y altas prestaciones. Y, de repente, las grandes marcas se preocuparon por la exclusividad… Y aparecieron LaFerrari, el McLaren P1 y el Porsche 918 Spyder… ¿Ha complicado esto las cosas para Pagani?
Horacio Pagani: Es bastante normal. Cada 10 diez años Ferrari y Porsche lanzan este tipo de ediciones especiales. El GTO, F40, F50 o Enzo… Ferrari tiene su nido y su clientela. Son coches más racing, inspirados en la historia de su marca y la Fórmula Uno… Por otro lado, en Porsche también hemos visto el 959, el GT1, el Carrera GT y ahora el 918 Spyder. Son automóviles menos exclusivos por el volumen y el valor que tienen. Pero, para una marca tan prestigiosa como ella, que tiene miles de clientes en el mundo, son vehículos que tienen mucha lógica. Con ellos estudian soluciones como el chasis de carbono o la tecnología híbrida. Parece lógico que ambas marcas, con su prestigio, haga este tipo de automóviles. McLaren está tratando de competir con Lamborghini y Ferrari… y hace bien para el mundo del automóvil en lanzar el P1. Respondiendo a tu pregunta, en absoluto es un problema para Pagani.
El cliente que compra el P1, compra también un Pagani. Un Pagani cuesta un 50% más, el Huayra parte desde 1.200.000 sin impuestos, ni equipamiento opcional. Así que es sencillo que supere los 2.000.000 €. No hemos tenido inflexión en ventas y tenemos la producción de los próximos tres años asegurada. Este año fabricaremos 38 ó 40 automóviles… Esto es así, porque son automóviles muy personalizados. Si el cliente pide muchos detalles, nosotros nos esforzamos en hacerle feliz y podremos tardar un mes más en terminar un coche.
Pagani Huayra. La bestia de 700 CV que bien podría ser un elemento de decoración en tu salón
- 1. Exclusividad y fabricación artesanal
- 2. Diseño espectacular
Puntos negativos
- 1. Sólo se fabrican 40 unidades al año
- 2. Tendrás que esperar tres años
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Pepe Giménez: ¿Qué opinas de la actual fiebre por los superdeportivos híbridos? Hace unos años nos comentaste que, de momento, no tenían cabida en Pagani. ¿Sigues pensando igual?
Horacio Pagani: Pienso que un auto deportivo debe ser un derivado de otro de carreras, pero con confort. Yo amo Porsche: me encanta la marca y tengo un Carrera GT… Lo uso mucho y pesa 1400 kilos. Es divertido, simple y preciso. Pensar en el 918 Spyder, que pesa más de 1800 kilos, va en contra de mi filosofía. Además, no son automóviles para usar todos los días. Un automóvil debe ser simple. Me pregunto qué va a pasar con toda esta electrónica dentro de 15 ó 20 años cuando tengan que reparar estos coches. ¿Qué ocurrirá con esas baterías? Mira, nosotros hemos hecho pruebas comparativas en autovía de Módena a Milán. Nuestro coche consume menos que un híbrido, porque en esos kilómetros, los híbridos tienen que ir “arrastrando” 400 kilos de peso adicionales.
Sin embargo, pienso que la tecnología debe seguir adelante. Los primeros teléfonos móviles eran muy grandes y, gracias a la evolución, ahora son bastante pequeños. Si no los hubiésemos planteado 20 años atrás, no habríamos llegado a los teléfonos móviles de hoy en día. Por eso me parece lógico lo que ha hecho Porsche, McLaren o Ferrari… aunque yo todavía no le encuentre aplicación en mi automóvil. Pero eso es decisión mía. Sin embargo, no pongo en duda lo que han hecho los otros.
Pepe Giménez: Entonces… ¿no podría quedarse Pagani atrás?
Horacio Pagani: No. Por dos motivos: el 6.7% del Grupo Pagani es propiedad del cofundador de Logitech. Esta persona tiene la fábrica de los KERS para los Fórmula Uno. Tienen allí una factoría de motores eléctricos y las máquinas para fabricarlos. O sea, la tecnología la tengo en casa. Por otro lado, está la relación con Mercedes, que es una relación muy sólida. El presidente de Mercedes nos dijo en el último encuentro que tuvimos —cuando festejamos los veinte años de trabajo—que toda la tecnología eléctrica estaba a disposición de Pagani. Ellos han hecho muchos proyectos en el campo de vehículos eléctricos —como el SLS AMG eléctrico—. Por eso, saber que tenemos a nuestra disposición esta tecnología nos deja bastante tranquilos.
Además, hace veinte años, desarrollamos el Renault Next, que fue uno de los primeros proyectos híbridos de la historia. Era un coche compacto, como el Mégane de hoy en día. Pesaba 800 kilos y estaba hecho en fibra de carbono. Tenía dos motores eléctricos atrás y un motor diésel que, en ese momento, contaminaba un 50% menos que un motor tradicional. Es decir, hace 20 años ya teníamos la tecnología para desarrollar esto. No hay tecnología mala, sólo tecnología que se aplique en el momento justo. Somos gente muy abierta…
Pepe Giménez: Con el auge que están teniendo los programas de personalización y ediciones one-off en otros fabricantes, ¿qué ediciones exclusivas conoceremos del Pagani Huayra?
Horacio Pagani: Nosotros hacemos esto desde el primer día. Cada vehículo está hecho a medida del cliente. Es un vestido a medida. Por ejemplo, el que nos acompaña está hecho específicamente para la película Transformers, con las indicaciones de su director.
Pepe Giménez: Cuando visitamos la fábrica hace unos años la producción estaba limitada a sólo 20 unidades al año. ¿Cómo va la nueva fábrica? Parte de los edificios nuevos ya están en funcionamiento…
Horacio Pagani: Estará terminada en la segunda mitad de 2014. La producción será de un máximo de 50 unidades anuales. Pero lo más importante no es aumentar la producción, sino el nuevo espacio de I+D que ganamos con la ampliación.
Pepe Giménez: La marca confirmó hace unos meses que el Huayra Roadster no llegaría en 2014 como estaba previsto… y que lo haría en 2016. ¿A qué se deben esos dos años de retraso?
Horacio Pagani: No es retraso. Simplemente, cambia la normativa americana en 2016 respecto a los motores. Por lo que presentar el roadster y tener que homologarlo con un motor… y dos años después, tener que volver a homologarlo, sería una estupidez. Como tenemos tantos pedidos de este coche, hemos preferido terminar esta serie y empezar con la otra.
Pepe Giménez: Cuéntanos cositas personales… ¿Cómo conociste a Juan Manuel Fangio?, ¿fue algo más que un amigo?
Horacio Pagani: Fue un buenísimo amigo. Tenía 21 años, hice un auto de carreras que corría en el equipo de Renault Argentina. Lo hice con mucho sacrificio y con pocos medios económicos. A través de este auto, conseguí que corriese para la F2 argentina, el mejor equipo que había. Fangio era uno de los directivos de Renault, vio este auto y le llamó la atención. Cuando me presenté, y vio que era tan joven, comenzó nuestra relación. Cuando decidí venir a Europa para hacer mi auto, él hizo una carta de recomendación para Enzo Ferrari, Lamborghini, De Tomasso… y así fue como llegué a Lamborghini, donde empecé como obrero de tercer nivel.
Se creó entre nosotros una relación muy linda. Yo quería hacer un auto dedicado a él, como premio a lo que había sido él para mí como persona, amigo, mentor y ejemplo. Y así fue como nació el Zonda. Fue una persona extraordinaria y el Zonda lo inspiré en él. Hay un libro que se llama “Cuando el hombre es más que el mito” que resume lo que él era. Él era una persona muy rica intelectualmente, humanamente… Una persona de una gran simplicidad. Nuestra relación fue muy profunda.
Pepe Giménez: Amas el arte y la ingeniería. ¿Cuáles son tus máximas en Pagani para posicionar a la marca por encima de la competencia?
Horacio Pagani: Hace 40 años comencé a trabajar, diseñando muchas cosas siempre con esta idea. Siempre fue así. Para mí, no era nuevo. El auto tenía que ser estéticamente lo más original posible y también funcionar. La inspiración de nuestra marca sigue el concepto de Leonardo. Cuando era joven tuve la suerte de leer una frase de Leonardo que decía que “arte y ciencia podían caminar juntas”. Esto lo dijo hace 500 años. A mí me encantaba la materia científica pero era muy artista: me encantaba diseñar, la cultura, la música, la poesía. Y aún me acuerdo cuando leí esa frase con 14 años. Se me abrió el mundo que yo quería recorrer. En definitiva, Leonardo en esa época tenía un ambiente mucho más “vivo” —desde el punto de vista artístico—que hoy. Por otro lado, no estaban las tecnologías, ni el conocimiento de los materiales, ni todo lo que hay hoy.
Hoy día, por suerte tenemos toda una gama de materiales de los cuales conocemos las características mecánicas y podemos hacer cálculos. Además tenemos a nuestra disposición todos los más modernos sistemas de computación para conocer una pieza. Podemos saber cuántos kilos puede aguantar un material con el ordenador y ver cómo se van a distribuir todas las tensiones. Leonardo era una persona inconclusita, dice la gente. En realidad no era así. Estaba anticipando 400 años antes lo que ocurrió luego.
Si no llevamos adelante el concepto de Leonardo es culpa nuestra porque tenemos todas las posibilidad para hacerlo. Es cierto que la predisposición mental para llevarlo adelante requiere estudios y formación, que son diferentes a la formación tradicional. Si quieres estudiar una materia como ingeniería, te encierras en números y no estudias nada humanístico… Ambas cosas pueden funcionar conjuntamente. Yo lo demostré en mí, en mi profesión. Estudié ingeniería, bellas artes y filosofía.
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Pepe Giménez: ¿Esa vena artística venía de antes?
Horacio Pagani: Esa ya la temía de niño. La científica la estudié y, por supuesto, requiere un empeño mayor. Mi equipo está formado por chicos que han hecho diseño, materias artísticas y, cuando llegan a mi compañía jóvenes y frescos, con poco más de 20 años, comienzo a darles una formación técnica. Buscamos gente abierta mentalmente, porque es más fácil coger un ingeniero y transformarlo en artista que al contrario. Y fíjate, sólo tengo un ingeniero en mi compañía, que se ocupa de la organización de la oficina técnica. No de los proyectos… sino de la organización. El resto, son chicos que crecieron en mi compañía con el objetivo de juntar arte y ciencia.
No puedes imaginar cómo de complicado es diseñar un tanque de gasolina, con la cantidad de complicaciones que tiene en materia de seguridad y normativas de homologación. Un punto importante que tenemos en Pagani es que el motor lo fabrica Mercedes AMG para nosotros. Hay 70 personas en AMG que trabajan solamente en mi proyecto. Pero el diseño, toda la parte estética del motor se estudia en mi compañía porque AMG es perfectamente consciente de que el motor no está “puesto de arriba”, sino que debe integrarse correctamente.
Nosotros tomamos las indicaciones técnicas que nos da AMG, pero el resto lo hacemos nosotros… y vemos que nuestra marca ha crecido mucho más de lo que hubiese imaginado. No lo digo por fanfarronería… lo veo en todo el planeta. Parece mentira. Hay países donde no tenemos concesionarios y la gente que tiene mucho dinero quiere tener un Pagani. Es un hecho raro, porque nuestra marca apenas tiene 15 años…
Pepe Giménez: ¿Cuál ha sido la máxima satisfacción en Pagani?
Horacio Pagani: Mi estrategia de vida, desde que era un pibe, era ser feliz en el minuto en el que estoy viviendo. Por lo tanto, cada momento es importante para mí. Hacer un auto de calle y conseguir el récord absoluto de Nürburgring fue impresionante… Todos tienen su sede ahí… Pero nosotros vamos dos días y hacemos lo que tenemos que hacer. Ver que nuestro coche llega y hace el récord es toda una satisfacción. El otro ha sido ver cómo hemos llegado hasta aquí sin medios económicos, ni ayuda externa. Sin darme cuenta, ni trabajar pensando en el dinero, nos han ofrecido 300 millones de euros sólo por la marca. Y la satisfacción más importante es el patrimonio de los clientes. Hay clientes que incluso han comprado siete Pagani y se siente muy cerca de la familia. Ellos son gente muy rica pero con un perfil súper bajo. Si te los nombrase… Ellos han cambiado la historia del mundo en los treinta últimos años.
Pepe Giménez: Si cierras los ojos y sueñas, ¿cómo te gustaría que fuese Pagani dentro de 100 años?
Horacio Pagani: Que siga como ahora. Debemos mantener el nivel de amistad y amor con el cliente… el nivel de creatividad en la fábrica en un equipo de menos de cien personas, la relación creada con Bosch o con Mercedes… Espero simplemente, poder mantener el mismo nivel que tenemos ahora. Espero que a mis hijos, a mis colegas les acompañe la suerte necesaria para estar como estamos ahora. No pido más que eso. Creo que personalmente la vida me ha dado más de lo que merezco… Espero poder seguir así y no cometer errores.