Henrik Fisker no sólo es conocido por el Karma, es un diseñador con años de trayectoria en la industria y uno de sus diseños más agraciados fue el Aston Martin DB9 y el Aston Martin V8 Vantage. El diseñador de la Aston Martin del Siglo XXI ha aprovechado el Amelia Island Concours d’Elegance para presentar en sociedad el Fisker Thunderbolt. Se trata de una reinterpretación personal del Aston Martin V8 Vantage, en aras de otorgar un mayor dinamismo y una aproximación fresca a un diseño brillante, pero ya con unos cuantos años a sus espaldas. Y Henrik Fisker ha vuelto a demostrar que los trabajos que salen de su tablero de diseño son impresionantes.
Un ejercicio de diseño que podría convertirse en realidad
Henrik Fisker ha tomado las formas básicas del Aston Martin V8 Vantage y ha aplicado cambios de los más interesantes. Por ejemplo, el frontal, que estrena una calandra que parte de las formas originales, pero se hace más ancha y agresiva. Si nos fijamos, también cambia el paragolpes delantero, con tomas de aire agresivas no presentes en el vehículo original. Las ópticas son más rasgadas, al igual que un capó trufado de rejillas de aireación. El perfil lateral también está modificado sustancialmente, con unas aletas laterales marcadas y unos faldones inferiores de nuevo diseño más cercano al suelo.
El coche estrena unas llantas de nada menos que 21 pulgadas, y su suspensión ha sido rebajada en 15 mm para darle un aspecto más agresivo. En la zaga también nos encontramos una serie de cambios importantes que habrán requerido un importante trabajo de ingeniería. Por ejemplo, la ventana trasera se ha rediseñado al completo, al igual que el pilar que la soporta. Un nuevo spoiler cierra una zaga donde también se han reemplazado las ópticas por otras diseñadas con excelente gusto y tecnología 100% LED. El conjunto trasero me resulta mucho más elegante que en un Vantage de serie, y me hace soñar con un futuro así para el deportivo de Gaydon.
En el interior del coche Henrik Fisker también ha hecho de las suyas, con mayor o menor acierto. Un acierto y un toque distinguido es el hueco para dos botellas de champán – con sus correspondientes correas de retención – que se ha creado en el túnel central del coche, entre las testimoniales plazas traseras. Pero la protagonista es una pantalla curvada de 11,6 pulgadas, llamada Curved Control Screen y firmada por Panasonic, instalada por primera vez en un vehículo. Con una extraordinaria resolución y la ausencia de brillos, esta pantalla permite el control de todos los sistemas de infoentretenimiento del vehículo.
La guinda es el reloj Skeleton de Maurice Lacroix instalado en la consola central, con sus engranajes internos completamente visibles. La mecánica no recibe modificaciones, es simplemente un estudio de diseño por parte de Henrik Fisker. Podría ser comercializado en números muy limitados a través de Galpin Aston Martin, si hay interés por parte del público.
Fuente: Autoblog
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