El Bugatti Veyron está muy próximo a su final comercial tras innumerables ediciones especiales. Las previsiones dibujan la entrega de las últimas unidades, de un total de 450 coche fabricados, para finales de este año 2014, lo que obliga a Bugatti a mirar hacia el futuro con la ardua tarea de crear un heredero a la altura del Veyron y sus números. Tendrá que ser más rápido, más potente y capaz de convertirse, de nuevo, en el mejor estandarte de la capacidad del Grupo Volkswagen como constructor. ¿Hasta dónde será capaz de llegar Bugatti?
Desde que en el Salón del Automóvil de Tokio de 1999, se conociera por primera vez al Bugatti 18/4 Veyron Concept, el Grupo Volkswagen se embarcó en un proyecto de tal envergadura, que siempre estuvo señalado al fracaso por lo complejo de su apuesta y lo exagerado de sus costes. El Grupo Volkswagen, con Ferdinand Karl Piëch en su presidencia, se propuso llevar a producción el coche imposible, equipado con el motor más potente jamás fabricado para un coche de calle con 1.001 CV de potencia máxima.
Para muestra de lo excesivo de construir un motor de 16 cilindros en configuración W, con 8 litros de cilindrada y cuatro turbocompresores, nada mejor que recordar que por cada 1.000 CV de potencia digeridos por sus neumáticos, el Bugatti Veyron desperdicia otros 2.000 CV que se transforman en calor, en pérdidas energéticas, principalmente en el sistema de refrigeración y en el escape.
Volkswagen necesitó de muchísimo tiempo y exageradas sumas de dinero para convertir al Bugatti Veyron en una realidad en 2005. Nacido como proyecto para traer de nuevo a la vida al constructor Bugatti, muy pronto abandonó toda cordura para dejar atrás cualquier rivalidad con marcas como Ferrari, Lamborghini o Porsche. Bugatti tenía que estar muy por encima de todas ellas en rendimiento, pero sin olvidarse de los mejores acabados posibles y el habitáculo más confortable.
Bajo esta premisa, el Bugatti Veyron ya enfila su recta final con la variante Bugatti Veyron Super Sport y sus 1.200 CV como máximo exponente a nivel de rendimiento. Los precios que rondan sus últimas unidades a la venta se mueven entre los 2 y 3 Millones de euros y apenas quedan en torno a 20 de estas máquinas esperando a sus futuros clientes. Seamos sinceros, a Bugatti no le ha sido nada fácil colocar las 450 unidades construidas, y eso que cada Veyron abandona la fábrica de Molsheim con importantes pérdidas económicas.
Bugatti tiene ante sí el desafío de crear un digno heredero para el Veyron. Una criatura capaz de desafiar técnica y tecnología como ya lo consiguió el Bugatti Veyron. El récord de velocidad de 431 Km/h conseguido por el Veyron Super Sport está obligado a superarse, mientras que en el apartado técnico, volveremos a ver una nueva revolución como en su momento supuso el cambio de doble embrague o el sistema quad-turbo que alimentaba a sus 16 cilindros.
Todas los rumores apuntan hacia un sistema híbrido para el próximo gran Bugatti, y de hecho parece ser la opción más lógica e interesante dado la actual apuesta tecnológica de Volkswagen. Su propulsor W16 guarda un importante margen de mejora, pudiendo acoger elementos como los compresores eléctricos estrenados en el Audi RS5 TDI Concept. ¿La cifra final de potencia que se baraja? Unos mareantes 1.500 CV que vuelvan a llevar a Bugatti a la cúspide del automovilismo.