Potencia bruta, eso es lo que muchos dirán de los Dodge Challenger SRT Hellcat y Dodge Charger SRT Hellcat en tono despectivo, pero la realidad es que los 717 CV del nuevo V8 HEMI de Dodge son un alarde de brutalidad, pero también de genialidad. Las dos últimas creaciones desarrolladas bajo el emblema Hellcat están poniendo contra las cuerdas a todo un mercado volcado con las altas prestaciones. Incluso el mismísimo Dodge Viper SRT ha visto como su monstruoso V10 palidece frente a las cifras que firman el dúo Hellcat. Dodge ha querido llamar la atención de sus rivales, y vaya si lo ha conseguido.
De un tiempo a esta parte, todo lo que lleve el apellido Hellcat está generando mucho movimiento, unas veces a favor, y otras tantas en contra, pero la realidad es que nadie es indiferente a esta cóctel americano. Primero supimos de sus especificaciones, nada menos que 717 CV, después de su precio, apenas 60.000 $ para el Challenger, y el último registro ha venido a hacer un poco más de ruido. El Dodge Challenger SRT Hellcat ha conseguido homologar 10,7 l/100 Km (EPA), una cifra menor que sus más directos rivales – por potencia – firmados por Lamborghini, Aston Martin o Ferrari.
En Dodge apostaron por introducir importantes mejoras para reducir consumos y dar un importante salto en prestaciones, por primera vez se estrenaba un nuevo cambio automático de ocho relaciones por convertidor de par, sin olvidar la posibilidad de escoger uno manual de seis relaciones. Pero vayamos al gran culpable de este malestar en el mundo de las altas prestaciones, el nuevo V8 de 6,2 litros HEMI desarrollado para la denominación Hellcat. Este motor tiene la peculiaridad de adoptar cámaras de combustión hemisféricas, de ahí su denominación HEMI, una solución instaurada por Chrysler y que a día de hoy todavía sigue vigente en sus modelos más prestacionales.
La configuración de este V8 HEMI, de los de vieja escuela, da buena muestra de lo que hay detrás de un genuino Muscle Car: doble bujía, única bobina y sólo dos válvulas de gran tamaño por cilindro. Entre sus peculiaridades – peculiar a este lado del charco – existe un único árbol de levas ubicado en el interior de la V encargado de gestionar todas las válvulas mediante el uso de balancines. Para rizar el rizo, en Dodge no se cortaron un pelo e instalaron un compresor volumétrico con enfriadores por agua integrados. ¿Sus cifras? 717 CV, más de 880 Nm para castigar al eje posterior y un 0-160-0 por debajo de los 13 segundos.
Si estas cifras no te ponen los pelos de punta, difícilmente lo hará otra configuración mecánica. Sin todavía haber visto al duo Hellcat fuera de los circuitos de drag que dan vida a la NHRA, el Dodge Challenger SRT Hellcat ha conseguido hacerse con el cuarto de milla en un tiempo de 11 segundos con neumáticos de calle y alcanzar una velocidad máxima de 328,8 Km/h. En línea recta todo apunta a que será imbatible, en circuito, todavía tendremos que comprobarlo.
Aunque puede parecerlo, el Dodge Charger SRT Hellcat tampoco se anda por las ramas, y es que aunque el Challenger acapara para sí todos los focos, desde Dodge no dejan de gritar a los cuatro vientos que el Charger SRT Hellcat se ha convertido en el sedán de producción más rápido y potente del mercado. Ahí es nada.
Pero no todo son buenas noticias con la llegada de los nuevos Hellcat. Un daño colateral e inesperado está siendo el Dodge SRT Viper que ve como un planteamiento teóricamente inferior, teóricamente he dicho, está consiguiendo una relevancia e interés no despertada por su actual oferta. Siendo justos, Viper y Challenger SRT Hellcat poco tienen que ver como deportivos; mientras el Viper encuentra en los circuitos su mejor escenario, el Challenger SRT Hellcat está diseñado para merendarse las infinitas carreteras norteamericanas con el acelerado a fondo.
De lo que no podemos tener duda alguna es de que en Dodge han sabido dar con el cóctel perfecto para crear toda una leyenda alrededor de los nuevos Hellcat, tanto es así, que cada uno de estos felinos viene acompañado de dos llaves: una de ellas pintada en color rojo que te permite extraer el máximo de su V8, y otra en color negro, cuya misión pasa por domesticar el conjunto hasta un límite de 4.000 revoluciones para no herir los sentimientos de los que te retan a la salida del semáforo.