Su coche de calle más extremo a la fecha, con el que sacrifican a conciencia usabilidad en el día a día para hacerlo la máquina definitiva en los circuitos. Así describe McLaren a su última bestia, el McLaren Senna, un modelo que rinde tributo al piloto más exitoso de la escudería McLaren y que, para estar a la altura, pretende ser el McLaren que mejor conecte al conductor con el coche y la pista. El último integrante de la familia Ultimate Series tiene 800 CV, es casi tan ligero como el McLaren F1 y tendrá una producción limitada. Y descuida: su controvertida estética no ha sido impedimento para que ya estén todos vendidos.
McLaren Senna: tributo a una leyenda y una declaración de intenciones
McLaren está inmersa en un ambicioso plan de negocio, que llama Track22 y con el que pretende, entre otras cosas, haber lanzado quince nuevos modelos para el año 2022. En el marco de esta estrategia se inscribe el nuevo McLaren Senna, un modelo cuyo nombre rinde tributo al mítico piloto Ayrton Senna, y cuyo nombre no es sólo un mero homenaje, sino una declaración de intenciones: la marca inglesa dice haber creado el McLaren con la mejor conexión entre coche y conductor, fundamental para conseguir la mejor experiencia en las pistas.
Para empezar a conseguir ese nivel de conexión y sensaciones se necesita un coche con poca masa; McLaren ha creado su coche más ligero desde el McLaren F1, y casi tan liviano como aquel: el Senna pesa (en seco) sólo 1.198 kilos gracias a la construcción en fibra de carbono. De este material están fabricados íntegramente la carrocería y el monocasco: este último es el Monocage III, una evolución del empleado en el McLaren 720S y el monocasco más rígido empleado jamás en un McLaren legal para la carretera.
En el McLaren Senna tampoco hay tren de potencia híbrido ni pesadas baterías. De impulsar el coche se encarga un motor V8 de 4.0 litros (M840TR) con 800 CV de potencia y 800 Nm de par, cigüeñal plano y lubricación por cárter seco. Una evolución -otra vez- del que monta el 720S, y el motor de combustión más potente que McLaren ha montado nunca en uno de sus coches de calle. La potencia se transmite a las ruedas traseras vía una caja de cambios de doble embrague y siete velocidades que puede funcionar de manera automática u operarse de forma manual mediante levas detrás del volante.
La suspensión RaceActive Chassis Control II, con dobles triángulos en ambos ejes, tiene el esquema de funcionamiento ya conocido anteriormente en McLaren: amortiguadores conectados hidráulicamente entre sí que permiten, entre otras cosas, controlar el balanceo del coche sin recurrir a barras estabilizadoras. Es una evolución del sistema empleado en el McLaren P1, y ofrece la posibilidad de variar la dureza y la altura de la suspensión con los modos Comfort, Sport y Track (los mismos que se pueden elegir, de manera independiente a la suspensión, para la respuesta del motor). Y aún queda el modo Race, con el que la altura del coche se reduce al mínimo, y tanto la firmeza de la suspensión como la carga aerodinámica se incrementan exponencialmente.
Sin concesiones para el día a día: el McLaren Senna es legal para carretera pero su hábitat son los circuitos
Pero que no engañe el modo ‘Comfort’: el objetivo del McLaren Senna es «ser el mejor coche de calle en circuito», para lo que han dejado a un lado la usabilidad del día a día para conseguir «la mayor conexión entre coche y conductor» y la mejor experiencia rodando en circuito. No existe maletero, sólo un hueco tras los asientos en el que caben dos cascos y dos monos, las gomas son unas Pirelli P Zero™ Trofeo R no aptas para asfalto mojado y las llantas ultra ligeras -tras las que se esconden los frenos carbocerámicos- son monotuerca para agilizar los cambios de neumáticos.
Y pese a todo lo anterior, lo más radical probablemente son sus líneas. McLaren asegura dos cosas: que el diseño del Senna es la máxima expresión de la filosofía «la función hace la forma» y que no se puede trazar una sola línea de adelante hacia atrás sin que pase a través de una entrada de aire funcional o salida de ventilación. Indudablemente agresivo (y no menos controvertido), el McLaren Senna se ha diseñado teniendo como prioridad la aerodinámica más que la armonía estética del conjunto.
El McLaren Senna equipa elementos de aerodinámica activa tanto en la parte frontal como en la zaga, monta un gigantesco alerón trasero activo y un enorme difusor -fabricado en una sola pieza- que recorre prácticamente todo el ancho del coche. El frontal cuenta con enormes entradas de aire, un prominente splitter en la parte baja y un capó acanalado para crear más sustentación. En el lateral, los esculpidos pasos de rueda, apéndices aerodinámicos diversos y un minucioso trabajo llevado a cabo en las puertas canalizan el aire para aumentar el agarre aerodinámico a la vez que refrigerar la mecánica. Unas puertas que se abren imitando el funcionamiento de las del F1, y que pueden equiparse opcionalmente con la parte superior y lateral en cristal (de serie son enteramente de fibra de carbono).
No podemos pasar por alto el conducto mediante el cual coge aire el motor, una toma en el techo que se ha diseñado teniendo en cuenta que el sonido del aire al pasar a través sea perfectamente perceptible por el conductor. McLaren no ha revelado cifras, pero se apunta a que el McLaren Senna genera más downforce que el P1 GTR.
En el interior el conductor sólo tendrá que centrarse en conducir. Los asientos bucket son prácticamente de competición, no hay botones en el volante, la instrumentación se reduce al máximo en modo Race y apenas hay botones. La mayor aglomeración de estos se encuentra por encima de la cabeza del conductor, donde están los botones de encendido, los interruptores para abrir las puertas y actuar los elevalunas o el botón del modo ‘Race’. La consola central, eso sí, la gobierna una pantalla táctil de generosas dimensiones mediante la cual se puede controlar, por ejemplo, el sistema de telemetría.
Toda la producción del McLaren Senna ya está vendida, antes de fabricarse
Una máquina tan especial debía ser exclusiva, por eso la producción del McLaren Senna estará limitada a 500 unidades, hechas a mano, de las cuales ya están vendidas todas. Cada unidad cuesta en Reino Unido 750.000 libras esterlinas (850.000 €); todas excepto una, que ha sido subastada en el momento de la presentación y vendida por 2 millones de libras que irán destinadas a la Fundación Senna.
Fuente: McLaren
En Diariomotor: