Pocas veces, muy pocas veces, tienes la suerte de estar ante tres de los mejores deportivos del momento. Si la prueba del Mercedes-AMG GT R te emocionó y tras ella nuestro análisis del Porsche 911 GT3 991.2 te puso los pelos de punta, hoy te proponemos seguir subiendo la apuesta para conocer al Lamborghini Huracán Performante. Hoy desatamos la batalla definitiva, hoy ponemos a prueba a los reyes del infierno verde para intentar averiguar cuál es el mejor deportivo de este trío nacido por y para dar lo mejor en los circuitos. ¿Quién ganará esta comparativa entre Porsche 911 GT3, Mercedes-AMG GT R y Lamborghini Huracán Performante?
Antes de empezar os diré que no os dejéis seducir por la guerra de potencias. El Porsche 911 GT3 991.2 firma 500 CV, el Mercedes-AMG GT R sube hasta los 585 CV y el Lamborghini Huracán Performante sentencia con 640 CV. Hablamos de 140 CV de diferencia entre extremos, pero hoy vamos a hablar de sensaciones, de carácter, de filosofía. Los cronos son de sobra conocidos y el Huracán Performante ha demostrado ser rey absoluto, no exento de polémica eso sí, pero el duelo crono en mano lo dejaremos para una segunda parte más adelante.
El día escogido para hacer esta batalla a tres no podía empezar peor. En mi garaje luce el Mercedes-AMG GT R en su atractivo color verde «Hulk» (Light Green Magno según Mercedes). Me dejo caer en sus cómodos baquets, despierto sus 585 CV para encaminar la rampa de salida y al abrir la puerta veo las primeras gotas que caen de un cielo demasiado gris para ser medio día en la Costa del Sol. Parece que hoy la suerte no va a estar de mi lado me temo, para colmo en el móvil ya tengo un mensaje de mis acompañantes de hoy diciendo que nuestro destino no anda demasiado mejor. Me parece que hoy toca ver hasta qué punto los neumáticos semislick calzados por estas tres bestias son capaces de sobreponerse al agua. Cruzo los dedos, me encomiendo a quien sea de ahí arriba que me esté escuchando y el V8 de AMG empieza su festival de explosiones.
Ya os lo conté en la prueba del Mercedes-AMG GT R, sorprendentemente el más radical de los Mercedes-AMG GT es mucho más cómodo de lo que antojan sus siglas. Algo igual me sucedió con el Porsche 911 GT3, vale que no son coches para irte de compras o pegarte 1.000 kilómetros de una sentada, pero como coches tan sumamente deportivos y cumplidores en circuito, sorprende lo bien que van cuando no están atacando los pianos. Tras cosa de una hora llego a mi destino, el cielo comienza a despejarse y de repente aparecen las otras dos MÁQUINAS. En modo letargo me esperan el Porsche 911 GT3 y el Lamborghini Huracán Performante, dos coches a los que mi GT R les tiene muchas ganas, y es que la rivalidad en esta batalla está a flor de piel. Cada uno en su estilo defiende una idea de deportividad, un cóctel de prestaciones, pero sobre todo cada coche defiende lo mejor que sabe hacer cada fabricante cuando se trata de crear el deportivo perfecto.
Voy sentado en un AMG GT R y aún así no puedo evitarlo, me bajo de Hulk y casi sin pensar me voy directo hacia el Huracán Performante para admirarlo. Ya en parado su afilado diseño es un símbolo de rabia y velocidad, con decenas de aristas y detalles en pos de la mejor aerodinámica, pero es cuando despierta su 5.2 V10 atmosférico de 640 CV cuando parece que el mundo se detiene. Lamborghini ha consentido al Huracán desafiar incluso al todopoderoso Lamborghini Aventador SV, tanto es así que en cada aceleración que acometo sobre el V10 me cuestiono muy seriamente si este coche es realmente un coche legal para circular por la calle. ¿Que no me creéis? Nada como circular justo detrás del Performante sentado en el AMG GT R para darte cuenta de que sus escapes están a la altura de tus ojos, haciendo vibrar el parabrisas si te pones cerca, y pudiendo incluso ver como trabajan sus colectores y válvulas al rojo vivo si te pegas lo suficiente. Si además tienes la osadía de intentar seguirle el ritmo, que ya os digo que no es nada fácil, con cada salto del marcha al corte podrás ver como escupen fuego sendas salidas ¡de locos!
No hay duda, el Lamborghini Huracán Performante está a otro nivel y por ello pronto me doy cuenta de que estamos ante el coche más radical y extremo de esta comparativa. Los dos deportivos alemanes defienden un planteamiento tan prestacional como el italiano, pero hablamos de un carácter mucho más comedido en sus formas y teniendo especial mimo con el confort de sus ocupantes cuando se trata de conducir fuera de los circuitos. El Performante es tan extremo que hasta en el último de sus detalles se hace notar, ya sea para presumir en el plano estético con su carbono forjado, o en el aspecto dinámico con unas reacciones sin filtro que te hacen partícipe de cada pieza del vehículo. Cada metro recorrido a los mandos del Huracán Performante es como un duelo constante donde la máquina te pone a prueba, te insinúa, te tienta, sacando lo mejor de ti si es que eres capaz de domar a este astado. El GT3 es el que consigue en este punto una experiencia de conducción más sofisticada, ofreciendo una inmersión plena en la conducción y todo cuanto nos rodea, con una dirección y cambio incisivos pero sin ese nervio que te pone a prueba en cada instante. Quizá, aunque no por mucho, el Mercedes-AMG GT R es el que ofrece un comportamiento menos radical para hablar de un deportivo para todos los días y eso que el mayor peso sobre el morro te obligan a evitar las brusquedades – sí, incluso a pesar de su eje trasero directriz -. Dicho esto es en el candidato de AMG donde encontramos tanto un mayor nivel de filtrado como un sutil punto extra en confort que lo hacen preferible a sus rivales para el día a día.
Aunque si nos dejamos de comodidades y eufemismos varios, estamos hablando de deportivos con mayúsculas, el Porsche 911 GT3 es el que demuestra una mejor receta pese a su menor cifra de potencia. El deportivo de Stuttgart sigue evolucionando el cóctel que ya le valió como éxito hace 50 años, y para qué negarlo, vencer a eso es muy difícil. Dar el salto al 911 GT3 RS te permite disfrutar de una experiencia de conducción casi tan radical como la del Huracán Performante, y créeme que la diferencia del centenar de caballos apenas te importarán a no ser que lo tuyo sea buscar décimas en cada vuelta. El Mercedes-AMG GT R es un deportivo sumamente equilibrado, pero sí, nos falta algo de «Black Series» para convertirlo en caballo ganador. AMG nos ha malacostumbrado a coches más divertidos que rápidos, algo que el GT R ha dejado en el camino para ser un deportivo capaz de conciliar un crono en Nürburgring con un paseo por la calle de moda. De esta batalla Hulk atesora la que posiblemente sea la configuración más equilibrada para la conducción dentro y fuera de pista, con un manejo sencillo a la par que divertido en casi que cualquier circunstancia, sólo siendo superado por el GT3 si lo tuyo es más el control y la precisión.
Motores, quizá la clave, quizá la decisión más difícil de todas. Podéis tildarme de romántico e incluso de clásico, pero un motor atmosférico, dos para más inri, lo tienen muy fácil para superar al V8 Twin-Turbo de 585 CV de AMG. El Mercedes-AMG GT R nos regala el que posiblemente sea el mejor motor sobrealimentado de su categoría, haciendo valer los beneficios del diseño de V caliente para ofrecer una entrega tan contundente como instantánea, con un sonido incluso muy logrado, pero incapaz para un servidor de superar al pletórico flatsix atmosférico del GT3 o el visceral V10 también atmosférico de Lamborghini. Nuevamente vuelvo a dejar la potencia de lado, quedándome con el feeling al volante y el sonido, y ahí debo mojarme para rendirme ante el 5.2 V10 del Lamborghini. El funcionamiento excelso del bóxer de Porsche junto a su techo de 9.000 rpm se queda muy cerca del bloque italiano, pero el increscendo de los 10 cilindros y su clímax final son dignos de un monumento. Sentir ambos motores bajo el pie derecho es una experiencia que te deja casi sin palabras, motores de verdad que para nuestra desgracia están en serio peligro de extinción.
Con la caída del Sol y tras poner a prueba cada una de estas monturas toca reflexionar sobre lo vivido hoy. Los tres mejores deportivos del momento han pasado por mis manos, tan parecidos como incomparables, pero defendiendo lo mejor de cada casa… y qué casas. Obviamente estos tres coches de ensueño podrían firmar el mejor de los garajes, pero puestos a elegir tengo muy claro cuál es el objetivo de cada deportivo. El Mercedes-AMG GT R se ha destapado como el coche capaz de conciliar mejor el uso dentro y fuera de pista, por poco frente al GT3 pero así es, la llegada de una versión aún más radical la damos prácticamente por segura, y así el GT R luce una receta que te permite disfrutar de muchos escenarios, con motor de sobra, muchas posibilidades de reglaje y uno modo Race que te permite hacer de todo. El Porsche 911 GT3 es el candidato ideal para los que piensan en los circuitos como algo más que una escapada puntual, su precisión y puesta a punto lo convierten en el instrumento ideal para sacar al piloto que hay en ti, para colmo permite desde radicalizarlo con el Clubsport Package hasta sacar su lado más rutero con el Touring Package. Llegados al Lamborghini Huracán Performante nos encontramos con el deportivo definitivo, la máquina pensada por y para ser el más rápido de los circuitos, un coche con rabia y temperamento suficientes para sacarte una de esas sonrisas nerviosas que no sabes muy bien si es de alegría o puro miedo.