Hoy nos hemos desplazado hasta Madrid para probar toda la gama Bentley en su especificación 2016 a lo largo de muchos, muchos kilómetros. La propuesta de la firma británica es cuanto menos tentadora, descubriéndonos diferentes variantes de la familia Continental GT y GT Convertible, pero llamando mi atención cuando me percato que entre tanto Bentley destacan las últimas evoluciones de la saga Speed. Las hemos probado, nos lo hemos pasado en grande y por eso hoy nos vamos a centrar en las joyas que fabrica Bentley con puntas capaces de superar los 300 Km/h: Bentley Continental GT Speed y Bentley Mulsanne Speed. ¡Arrancamos!
Javier Arias, Gerente de Bentley Madrid es el maestro de ceremonias, recibiéndonos personalmente y explicándonos con detalle toda la ruta que tenemos por delante. Hay autopista, carreteras reviradas y algún que otro peligro en forma de radar de velocidad, pero el objetivo es hacer noche en La Rioja, concretamente en las bodegas del Castillo de Cuzcurrita. Como decíamos al principio, el plan que nos proponía Bentley no podía ser más tentador.
Continental GT Speed: la pureza del GT
A la hora de escoger montura para comenzar el camino no me lo pienso ni por un segundo y voy decidido a hacerme con las llaves del Bentley Continental GT Speed 2016. Hace apenas unos meses probé el Bentley Continental GT Speed Convertible 2015 y, aunque a grandes rasgos hablemos de coches muy similares, quería comprobar de primera mano qué más puede ofrecer un coche que ahora declara 635 CV de potencia y una velocidad máxima encumbrada hasta los 331 Km/h.
Los cambios introducidos en paragolpes e interior han conferido a la gama Continental GT más personalidad y deportividad, especialmente en el frontal. Nuevas entradas de aire y mayor sección para resaltar el espíritu deportivo del emblema Speed, el Bentley de producción más potente y rápido de la historia… ahí es nada. En el apartado dinámico no se aprecian cambios drásticos, destacando tan sólo como este gran GT mantiene una aceleración fulgurante, una pisada sin igual y un sonido evocador como pocos.
El motor 6.0 W12 Twin-Turbo ha evolucionado en el nuevo Bentley Continental GT Speed para añadir picante. Sobre el papel hablamos de una ganancia de apenas 10 CV, de 625 a 635 CV a 6.000 rpm, pero los ingenieros de Bentley han trabajado sobre el propulsor para ganar empuje y mejorar su respuesta. Su curva de par motor es plana con una entrega de 820 Nm de forma constante entre las 2.000 y 5.000 rpm. Estas cifras, unidas a un sistema de tracción integral permanente con distribución de par variable entre ejes con posibilidad de enviar hasta un 85% del par al tren trasero, permiten firmar un 0-100 Km/h en 4,2 segundos y mantener el control de sus más de 2,3 toneladas como si de un utilitario se tratara.
A menudo hablamos de prestaciones en aceleración como los datos más significativos, pero el Bentley Continental GT Speed sorprende más por su sistema de frenos que por su apabullante potencia. Equipado con el sistema de frenos carbocerámicos con pinzas fijas de 8 pistones delante y 2 detrás, descubrimos enormes discos delanteros de 420mm y traseros de 356mm. Este sistema es clave cuando decidimos pisar el pedal del acelerador a fondo y comprobar si es cierto que este GT es capaz de alcanzar los 331 Km/h. Vaya que si es capaz…
Si nos adentramos en el apartado más dinámico es donde encontramos el espíritu genuino del Continental GT Speed, encontrando un coche muy rápido y potente pero no deportivo. Al final, el peso se hace notar cuando buscamos ciertos límites. Para los que buscan el enfoque radical, ya les aviso que tendrán que pelearse por buscar uno de los pocos Continental GT3-R fabricados, pero para aquellos que buscan el verdadero concepto de Gran Turismo, el Bentley Continental GT Speed es de los pocos coches modernos que conserva ese aura de confort, calidad y deportividad en plena armonía.
Mulsanne Speed: del palacio al circuito
Cambiamos de filosofía, que no de denominación. Hay que detenerse unos pocos segundos para entender qué se presupone que es el Bentley Mulsanne Speed. Un automóvil que alude a un enfoque deportivo partiendo de una de las berlinas más lujosas del mundo. Pero sí, este Bentley también es merecedor del sello Speed aunque al principio nos choque el concepto. Para entenderlo sólo hay que echar mano de la historia de la firma, que es lo mismo que decir que la historia del propio mundo del automóvil, descubriendo como fue el mismísimo W.O. Bentley quien creo sus monstruos de carreras para vencer en las 24 Horas de Le Mans, inaugurando un concepto inédito del lujo en combinación con las carreras de coches.
El Bentley Mulsanne Speed lleva en su nombre una de las curvas más exigentes del circuito de La Sarthe, escenario de Las 24 Horas de Le Mans. Esta curva es decisiva, tanto en su acometida con frenadas que obligan a pasar de más de 300 Km/h a 80 Km/h, como en su salida hacia Arnage que también tuvo su álter ego en la historia de Bentley. Con todo ello me vengo a referir a que en Bentley, todo tiene una explicación que saca a relucir el compromiso de la marca con su historia, su predilección por las altas prestaciones y el más alto nivel de lujo.
De este modo, tras haber probado anteriormente el Bentley Mulsanne y firmar aquella prueba con la convicción de que se trataba de un coche en el que es mejor ser llevado, me veo ahora intrigado por descubrir si el sello Speed conseguirá hacerme cambiar de opinión.
Bajo su inmenso capó delantero descansa una evolución del propulsor insignia de Bentley, un bloque de vieja escuela, gran cilindrada, suave cual felino y de entrega sin contemplaciones. Hablamos de un V8 de 6,75 litros con dos turbocompresores y una potencia máxima de 537 CV. Pero de nuevo la clave del sello Speed la encontramos en un impresionantes par motor de ¡1.100 Nm!, desde apenas 1.750 rpm, y transmitidos de forma exclusiva al tren trasero. La contundencia de su aceleración es tal que será muy difícil que experimentes una sensación similar en otro coche de producción. 4,9 segundos para hacer el 0-100 Km/h y una punta de 305 Km/h no son baladí para hablar de una berlina de lujo.
Al volante me encuentro con un coche más reactivo, más definido, hasta cierto punto es incluso ágil cuando fuerzo los cambios de apoyo. El Bentley Mulsanne Speed mejora en todo sin alterar su esencia, consiguiendo así que un servidor llegue a envidiar a quien lo conduce. Ya no es un coche que sólo me apetezca para ser llevado, ahora quiero conducirlo y disfrutarlo. Hablamos de un coche que supera los 5,5 metros y cuyo peso mínimo en seco es de 2,7 toneladas, pero este Mulsanne Speed ya es algo más que una berlina de lujo para realezas y ejecutivos adinerados.
Dos mundos más allá de los 300 Km/h
Resulta obvio admitir que estamos ante dos conceptos tan diferentes como lo son sus carrocerías. El sello Speed y su concepto de las altas prestaciones sigue vivo en Bentley por ser uno de sus más claros referentes: altas prestaciones, potencia, deportividad, carreras de coches… pero todo ello sin perder la clase y exclusividad que siempre han convertido en leyenda a los clásicos deportivos ingleses.