Si el Porsche 911 es un mito, la denominación GT3 es sin duda una de las sagas que más ha ayudado a que el deportivo de Stuttgart sea hoy mucho más que una leyenda. Más de 50 años a sus espaldas han hecho que el nueveonce atesore un listado de versiones, motores y carrocerías que quitan el hipo, pero siempre es el GT3, siempre es el Porsche 911 GT3 el que defiende la versión más pura de la saga y por eso hoy ponemos a prueba la última y posiblemente mejor evolución en clave GT3, probamos el Porsche 911 GT3 (991.2).
Gas, segunda, tercera, frenada a fondo, segunda, giro cerrado, vértice, gas y ahí está de nuevo… 9.000 rpm de aullido y una trasera que empuja como un verdadero demonio. Como os podréis imaginar, cuando repites esta secuencia decenas de veces, el resultado no puede ser otro que la mayor de las sonrisas. Así es el GT3. El Porsche 911 tiene en su extensa gama todo tipo de recetas, todo tipo de personalidades, un sinfín de configuraciones técnicas, pero cuando hablamos de la verdadera esencia 911 es en el GT3 donde encontramos la mejor definición de prestaciones, también el máximo exponente de lo que entendemos por diversión.
Sentarse al volante de un Porsche 911 GT3 es obligado para cualquier petrolhead que se precie. Para entender el porqué sólo hace falta saber que en esta revisión 991.2 Porsche no sólo decidió alcanzar los 500 CV haciendo sombra al mismísimo GT3 RS – ojo que son palabras mayores -, sino que además dio un puñetazo sobre la mesa declarándose defensora de los atmosféricos a ultranza. Y no se quedó ahí, además rizó el rizo recuperando el cambio manual que, aunque no es la opción más efectiva, sí que es la más purista. Nuestra unidad en concreto no instalaba este guiño tan purista, qué pena… sólo emplea el fabuloso PDK de 7 relaciones que clava el crono en 3,4 segundos para el 0-100 Km/h y es 0,5s más rápido que la caja manual. Casi nada. Pero cuando ya pensabas haberlo analizado todo desde el puesto de conducción, te das cuenta que llevas ese enorme e imponente alerón pegado a tu coche, alerón que ahora puedes neutralizar mediante el Touring Package, pero qué queréis que os diga, ver ese enorme spoiler por el retrovisor no tiene precio, verlo además con el sello «4.0» en sus laterales llega a roza casi lo obsceno.
El listado de tecnologías, artilugios, sistemas, ayudas, asistentes y demás parafernalia en el 911 GT3 abruma, es increíble lo que un deportivo de esta índole puede esconder bajo su carrocería. Pero llamarme romántico, la esencia está en ese bóxer de 4 litros y 6 cilindros que estira hasta las ¡9.000 rpm! para regalarte 500 CV con muchísima rabia. En una era donde todo es Turbo mires donde mires, gozar de un atmosférico es un placer sin igual. En Diariomotor probamos muchos deportivos, sin ir más lejos todavía tenemos reciente nuestra prueba del Mercedes-AMG GT R desarrollada por un servidor, pero aunque Hulk gustó y nos regaló mucha diversión, el nueveonce y su flatsix consigue dar ese triple salto mortal que te pone los pelos de punta.
Pero obviamente no todo es motor, para mí es de lejos lo mejor del conjunto, pero la supremacía del 991.2 sobre sus antepasados y los 12,3 segundos arañados al GT3 991.1 en Nürburgring vienen de la mano de muchos más elementos. A nivel de puesta a punto los cambios son sutiles pero todos reman hacia un mismo destino. La dirección sobre las 4 ruedas te permite trazar curvas a un ritmo aún más endiablado, de esos momentos en los que tu mente te asegura que vas muy pasado, pero que en la realidad ves la llegada al vértice a demasiada poca velocidad. Todavía hoy me sigue sorprendiendo el cómo Porsche ha conseguido alcanzar una puesta a punto tan perfecta para un coche que lleva el motor colgado por detrás del eje trasero. El empuje al abrir gas es brutal, pero son su capacidad de tracción y la obediencia de su dirección las lo que te dejan boquiabierto.
El GT3 se coloca a la salida de cada trazada con pasmosa facilidad, incluso hundiendo el pie sobre el acelerador el eje trasero te regala un ligero sobreviraje para después catapultarte gracias a un autoblocante que te lee el pensamiento. Algo de culpa también tendría el calzado claro, y es que este GT3 calzaba unos extra blandos Pirelli PZero Trofeo R cuyo escaso dibujo son la mejor carta de presentación de este deportivo. Literalmente hablamos de chicle para morder cada trozo de asfalto que castigamos a base de Launch Control. Pero por si todo eso no era suficiente, las enormes llantas monotuerca de 20″ esconden unos incansables frenos carbocerámicos PCCB, 410 mm delante y 390 mm detrás, sin duda el mejor salvavidas que puedes tener cuando el velocímetro te lo has llevado por encima de los 300 Km/h.
En este día me acompañan mis compañeros Mario Herraiz y Juanma García y todos coincidimos en que el rendimiento del GT3 está a otro nivel. Es un coche de competición lo que estamos probando y con ese dato podemos resumir quizá todas nuestras sensaciones. La precisión con la que trabaja, la forma en la que te implica en la conducción, quizá no es el deportivo más rompedor en lo estético ni el que haga girar más cabezas a su paso, pero los verdaderos petrolheads saben que este 911 no necesita demostrar nada a nadie. Para desafíos y demostraciones están los circuitos y allí el GT3 se siente como pez en el agua.
¿Rizar el rizo es posible? Cuando te dispones a llevar a casa todo un Porsche 911 GT3, desde Stuttgart te ofrecen la posibilidad de contentar a ese piloto que llevas en tu interior a través del Clubsport Package que no supone sobrecoste alguno. Si ya de por sí las siglas GT3 adelantan que estás ante un coche pensado para hacer el grueso de sus kilómetros en circuito, optar por el Clubsport Package significa que la cosa se pone seria. Jaula antivuelco tras los asientos, cinturones con 6 puntos de anclaje, preinstalación para el interruptor de corte de corriente y por supuesto, el extintor que hará las veces de copiloto. Si estás pensando en visitas asiduas al circuito, este extra es más que interesante ya que ofrece más seguridad y mejor experiencia de conducción, aunque a costa de una obvia merma en confort y habitabilidad. Todo sea por el mejor tiempo en pista. Este añadido Clubsport está disponible tanto con los asientos deportivos tipo bucket como los buckets fijos aún más racing, sinceramente, el look de los asientos deportivos tipo buckets de esta unidad, unido a su confort y alto agarre, sólo me hacen recomendar los buckets más radicales si de verdad estás pensando en priorizar el circuito sobre todo lo demás.
¿¿¿Y el sonido??? Creías que podía olvidarme, imposible. Ya os adelanto que el Porsche 911 GT3 que probamos todavía resuena en aquella carretera tan ratonera, era imposible pasar desapercibido y por seguro que los lugareños aún nos tienen en sus recuerdos – aunque no se si para bien… -. Un sonido grave, ronco, pero que conforme dispara la aguja hacia la zona alta del cuentavueltas torna en un alarido capaz de dejarte sordo. Todo el ruido exterior se filtra al habitáculo, y si no tienes bastante con la dureza de la suspensión que te hace partícipe de hasta el más mínimo resalto, el escaso aislamiento acústico te introduce en una experiencia de conducción muy racing, sin filtros, como las que se sienten en un coche de Le Mans. Vale que el Porsche 911 GT3 nos vende esa idea de conducir en la calle un coche de carreras, y aunque el nivel de confort es sorprendentemente bueno, nos resulta imposible y casi imperdonable «circular». Este coche te incita a apurar cada relación hasta el corte, a redondear curvas poniendo a prueba la trasera, en definitiva a disfrutar de cada segundo que estás a sus mandos…
Fotografía por Juanma García Cámara (@juanmagcam)