Este año es año de Salón de París. Ya sabes, cada año se turna el Salón de París con el Salón de Frankfurt y en 2016 no toca una nueva cita con la capital francesa pero hoy mi cabeza no está en la próxima edición, sino en la última, en un Salón de París de 2014 en el que Volkswagen nos sorprendió a todos con el Volkswagen XL Sport.
Una locura. Pero bendita locura…
Coge un Volkswagen XL1 y despójalo de su motor diésel, ponle una mecánica de moto y de paso dale una vuelta de tuerca a su aerodinámico diseño para ofrecernos una espectacular planta… esta es, de manera muy resumida, la receta del Volkswagen XL Sport.
Qué pena que Volkswagen no decidiera llevarlo a producción, ni en una limitada producción…
A espaldas del habitáculo un bloque de origen Ducati, de 2 cilindros y 1.199cc, el mismo que emplea la Ducati 1199 Panigale Superleggera, envía 200 caballos al tren trasero, recurriéndose para su transmisión a una caja de cambios automática de doble embrague, de 7 relaciones.
200 caballos a 11.000 rpm…
Volkswagen se sirvió del CFRP para dar forma a su chasis monocasco, reforzándolo para la ocasión con acero y dejándonos con un conjunto de sólo 890 kg. Menos de 900 kg y un motor de 200 caballos capaz de rodar más allá de las 10.000 rpm… Los de Volkswagen acababan de crear un objeto de deseo para el petrolhead más radical, para el aficionado a los Lotus Elise, a los Caterham, a los KTM, a los BAC Mono, a los Radical y Ultima…
Esos pasos de rueda ensanchados, ese splitter, ese difusor, el alerón posterior, las puertas alzándose…
En su interior unos nuevos asientos deportivos, costuras rojas y… ¿qué es eso?¿Una palanca del cambio en madera? Sí, efectivamente, tal y como en su día vimos en el Porsche Carrera GT, una herencia del Porsche 917… un buen guiño del equipo tras este coche a Porsche («¿Por qué demonios el Porsche Carrera GT tenía un pomo de madera en su caja de cambios?».
Hubiera sido una bonita, espectacular y, seguramente, sensiblemente más cara alternativa al Alfa Romeo 4C, al próximo deportivo de Alpine…
