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Alejandro González

EN OTROS LUGARES

Alejandro empezó su carrera en periodismo del motor co-fundando su propio sitio web en 2015 y acabó desarrollándose profesionalmente en Híbridos y Eléctricos, donde ha ejercido como redactor y probador desde 2019 hasta su incorporación a Diariomotor a finales de 2024.

Es técnico superior en Urbanismo y Obra Civil de formación y se define como un amante incondicional del automóvil y toda la tecnología que lo rodea. Empezó a leer Diariomotor cuando dio el salto del papel a internet como lector, todavía como adolescente, y entrar a formar parte del equipo editorial es, para él, cerrar un círculo.

Tras cinco años ligado exclusivamente a la movilidad eléctrica y los coches híbridos, llega a Diariomotor para tratar las novedades y curiosidades del mundo del motor desde un punto de vista más amplio.

Conociendo a Alejandro González

¿Cómo empezó tu pasión por los coches? ¿Cuál fue el primer coche que te llamó la atención?

No hay un punto exacto en mi vida en el que recuerde que empezara a sentir atracción por los coches y la automoción, sino que desde que tengo uso de razón tengo recuerdos de coches. En este sentido, seguro que haber tenido por casa las revistas de coches y motos de mi padre ha ayudado en gran medida.

Entre los muchos recuerdos que tengo, me viene a la memoria ir caminando por la calles de Marbella a una temprana edad, tal vez con cuatro o cinco años, y afirmar categóricamente que un Fiat Coupé en color rojo que solía estar aparcado cerca de casa era un Ferrari.

¿Qué marcas o modelos de coches tienen un lugar especial para ti y por qué?

Como suele ser habitual, los coches que fueron pasando por mi familia con los años dejaron huella. Primero recuerdo un Seat 127 en color verde que tuvo mi madre y un Opel Corsa blanco de mi padre. Luego llegó un Renault 5 blanco que años después fue sustituido por un irrompible Toyota Yaris en 2003 que en estos momentos todavía usa un servidor. También un Citroën ZX que mi padre compró en 1997 y cuyo día de la recogida en el concesionario todavía recuerdo.

Háblanos del coche que tienes actualmente o de aquellos que has tenido en el pasado. ¿Hay alguna historia o recuerdo particular que puedas contar respecto a alguno de ellos?

Tras haber tenido muchos y muy variopintos coches en mi garaje, la vida me ha traído de vuelta el incansable Toyota Yaris que mi madre estrenó en 2003. En los próximos meses espero poder incorporar algo que me permita tanto mover y atender a mis dos niñas como salir de ruta el fin de semana. Un compacto deportivo, probablemente.

En mis primeros años como conductor novel conduje el Renault Megane diésel de mi padre, de segunda generación, del que guardo buen recuerdo por la patada de su motor 1.9 dCi y sus contenidos consumos, aunque mi primer coche en propiedad fue un BMW 530i (E39), estaba acabado en espectacular color llamado Scarabeus Grün Metallic, de la paleta de BMW Individual. Lo adquirí con mucha ilusión, pero no supe apreciarlo por entonces (tenía 23 años y no encajaba realmente con mis necesidades) y en menos de un año fue sustituido por un Ford Fiesta ST de 2014, el de séptima generación, con 182 CV, con el que encontraría el desencanto en un track-day en el Jarama, ya que tras una vuelta y media al trazado acabó calentándose y necesitando reparar la junta de la culata, para lo que estuvo dos meses en el taller (afortunadamente fue cubierto por la garantía).

Después del ST llegó a mis manos un BMW Serie 3 Compact (E46) con paquete M y en color Melbourne Rot, con un excelente chasis y tacto de la palanca de cambios pero también muy corto de motor (era un 316i). Tras empezar a trabajar desde casa, lo reemplacé con un Mazda MX-5 de tercera generación, un NC de 2 litros, del que hasta la fecha puedo decir que es el coche que más he disfrutado de todos los que he tenido, aunque por necesidades familiares también acabé cambiándolo por un sólido y cómodo Volvo S40 con su pertinente motor de cinco cilindros.

Elige un único coche que de ninguna de las maneras debería faltar en tu garaje ideal

Esta una pregunta cuya respuesta puede variar de un día a otro, aunque muy probablemente acabaría siendo un Porsche 911 en alguna de sus formas, o en su defecto un Jaguar F-Type. Si por garaje ideal entendemos que no hay límite de presupuesto, también me gusta pensar que en algún momento tendría un Eagle E-Type Low-Drag GT o un GTA-R 290 de Alfaholics.

¿Qué opinas de la cultura automovilística actual, especialmente de las comunidades y eventos que la rodean? ¿Participas activamente en alguno de ellos?

Por desgracia, España es un país en el que la cultura automovilística está mal conceptuada y a menudo ligada a la competición, por la que no siento especial interés. Por esto los eventos sólo se concentran normalmente en ciudades como Madrid o Barcelona, muy lejos para mí.

Por contra, me gusta que cada modelo de corte pasional tenga una comunidad de entusiastas detrás que promueven pasar tiempo en común y disfrutar de sus coches en compañía de otros que comparten el mismo hobbie o el gusto por ese coche en concreto. En este sentido, he disfrutado mucho haber formado parte de clubes como MiataXpress en Málaga o de un grupo de propietarios de Fiesta ST en los que reinaba un ambiente genial.

Con el auge de los vehículos eléctricos y autónomos, ¿cómo ves el futuro de los coches? ¿Crees que estas tecnologías mejoran o empeoran la experiencia de conducir?

Aunque me califico como un petrolhead, estoy a favor del cambio que se está produciendo en términos de tecnología de propulsión y pienso que los coches eléctricos han llegado para quedarse: brindan una experiencia de conducción única y actualmente pueden dar solución a una gran parte de los conductores españoles en el 90 % de las situaciones diarias, pero a día de hoy hasta los más económicos siguen siendo caros para lo que ofrecen y no los veo como una solución total.

Por contra, en cuanto a energías, veo un grave problema en cómo se está afrontando el cambio: en mi opinión no se puede poner fecha de caducidad a una tecnología que actualmente, a través del transporte, está sustentando una gran parte de la economía europea, y más aún sin tener aún preparada la que servirá de relevo. Esto implica, además, ser exclusivos con una gran parte de la población que todavía depende del coche a nivel particular en su día a día.

En cuanto a coches autónomos, creo que si al coche eléctrico le queda aún un largo camino por recorrer, al autónomo le queda aún más. En cuestión de cuatro años ha habido grandes avances, pero no es algo que interese, de momento, al público en general, aunque tiene un gran sentido para empresas.

¿Cuáles crees que son algunos de los retos a los que se enfrenta la industria del motor hoy en día?

A mi modo de ver, lo complicado de la tesitura actual lo tienen ante sí los fabricantes ya que, como en toda etapa de transición, no es fácil lidiar con el cambio de paradigma que se está produciendo, en este caso con el coche eléctrico como eje central. Todo ello a la vez que se mantienen relevantes en el apartado comercial con el resto de productos, que son los que realmente sostienen su economía.

¿Cuál crees que es el futuro de Diariomotor en relación con la evolución de la industria?

Como ha hecho hasta ahora desde hace casi 20 años, creo que Diariomotor no debe cambiar conceptualmente, ya que sea cual sea la situación de la industria o la sociedad, su cometido debe ser siempre el de tratar la información relativa a la automoción, los transportes y la industria del automóvil desde un punto de vista tan crítico como pasional.

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