El vencedor del ascenso a Goodwood de este año ha sido el Subaru Impreza «Gobstopper», un Subaru Impreza STI especialmente preparado para competiciones «Time Attack». Una máquina digna de subir Pikes Peak y batir todos los récords por el camino. Atentos al reportaje que nuestros amigos de Speedhunters publicaron en su día. Impresionante es decir poco. Su kit aerodinámica lleva dos gigantescos spoilers – delante y detrás – y es completamente necesario para mantener a raya un propulsor con casi 800 CV de potencia.
Creado por Roger Clark Motorsport, el alma de la fiesta es sin duda un motor bóxer de 2.0 litros en el que nada es ya de serie: lleva un gigantesco turbo Garrett, inyectores de 1.000 cc o un sistema de lubricación por cárter seco, más propio de un coche de competición. Su caja de cambios es secuencial y está asociada a un sistema de tracción total permanente que pasa sus 780 CV de fuerza al suelo mediante slicks. No es una máquina de calle, es una máquina diseñada para devorar cronómetros sin compasión.
Su subida a la finca de Lord March en Goodwood ha acontecido en sólamente 44,91 segundos, un tiempo casi un segundo inferior al Toyota Celica Pikes Peak, el segundo clasificado en el ascenso cronometrado. Resulta impresionante ver cómo acelera y a qué distancia más ridícula pasa de las paredes y fardos de hierba diseñados para proteger a los espectadores. El récord absoluto de subida a Goodwood se mantiene: fue logrado por Nick Heidfeld en 1999 a bordo de un Fórmula 1 McLaren, y fue de sólamente 41,6 segundos.
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