La idea que persigue el Alpine es cuanto menos curiosa, la de crear un deportivo de espíritu retro, y a la vez un halo tecnológico, e incluso futurista, realmente sorprendente (ver Alpine Vision). Es por eso que el regreso de este emblema de Renault estará acompañado de ideas y soluciones que pretenden hacer las delicias de los amantes de los deportivos, pero también de la tecnología. Y es por eso que una idea como el hecho de haber creado una llave de tipo tarjeta, con la forma del emblema de Alpine, nos parece una idea brillante.
Aunque el Alpine que se nos ha mostrado estos días aún es un prototipo, del que aproximadamente un 80% llegará al modelo definitivo que conoceremos en el Salón de París tras el verano, estoy convencido de que el apartado que muchos firmarían llegue a producción es el del diseño de su habitáculo. Un habitáculo en el que Renault ha instalado un atractivo equipo de entretenimiento, con un reloj cronómetro, y con una ranura para introducir esta llave, justo al alcance de la mano derecha del conductor.
En la imagen superior, que es real y no un boceto, se puede ver cómo quedaría la llave incrustada en un salpicadero sencillo, con una consola central con selectores giratorios y palancas, con un diseño inspirado en la aviación.
Nos gusta la idea. Porque hasta el ritual del arranque de un deportivo ha de ser un momento especial. Como el de saber que debemos llevar la llave de un Porsche en nuestra mano izquierda para arrancar, y recordar las cuestiones históricas y el pasado en la competición de la marca, que explican esta peculiaridad. O el hecho de sentarnos en el puesto de conducción del nuevo Audi R8, colocar las manos en el volante, y encontrarnos con que el botón del encendido del motor está al alcance de nuestro pulgar (ver foto). Como si este coche hubiera sido diseñado para que su conductor tuviera que montarse con urgencia en su coche, en cualquier momento, para batir una vuelta rápida en Nürburgring.
El interior del Alpine nos ha dejado otros detalles, que nos pueden gustar más o menos. Aunque la llave se introduzca en el salpicadero, el arranque se practicaría desde un botón, con tapa de seguridad, como si del botón de eyección de la cabina de un caza de combate se tratase. Es una solución muy parecida a la que ya encontramos cuando probamos el Lamborghini Aventador (ver foto).
En un deportivo probablemente desentone un selector de marchas de palanca. El Alpine será automático, y contará con levas en el volante. Pero aún sigue sin convencerme la idea de pasar de punto muerto, a «Directa» o marcha atrás, tocando un botón en la consola central. Una solución muy Aston Martin, por cierto.
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