En mercados como el ruso, el Dacia Logan es vendido como Renault Logan. Es puro márketing, ya que el coche es el mismo. Pero es precisamente el departamento ruso de márketing de Renault el que decide su posicionamiento, y a raíz del último anuncio ruso publicado de este coche low-cost, me han entrado unas ganas terribles de comprarme uno. Porque lo venden como un coche dinámico, explosivo y absolutamente polivalente. Cuatro tipos de superficie, todo tipo de conducción y muy buena mercadotecnia.
El anuncio comienza con el coche aparcado en una calle nevada, encendido de forma remota para que entrar en él no sea como entrar en un congelador. Pronto el coche está atravesando la estela de un quitanieves y esquivando rayos en una tormenta, situación perfecta para hablar del control de estabilidad que de serie equipan los Renault Logan. A continuación, el Logan se desata en un camino polvoriento, con cruzadas dignas de Ken Block, claramente provocadas por fuertes tirones al freno de mano.
Incluso es posible ver como una de las cruzadas habrá terminado en trompo, siendo cortada justo antes. Es el padre el que anima a su hijo a hacer estas cruzadas, dicho sea de paso. Por último, el Renault Logan se convierte en Safety Car de una carrera de monoplazas de categoría desconocida, con sus luces estroboscópicas y todo. ¿Y todo esto, con un maletero de 510 litros y cinco plazas? ¿Y desde sólo 8.380 euros en nuestro mercado? Disculpadme, tengo que ir a hacer unos recados al concesionario.
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