Si tuviera 7,25 millones de dólares disponibles, posiblemente me los fundiría en coches. Vosotros también, y lo sabéis. Parece que alguien ya lo ha hecho antes, comprando el 1964 Shelby Daytona Cobra Coupé que perteneció al mismísimo Carroll Shelby, su creador. Un Daytona Cobra Coupé fue vendido a dicho precio en Pebble Beach en 2009, por lo que su precio posiblemente sea ahora dos o tres veces superior. No creo equivocarme. Pero me reconforta saber que está pisando los circuitos donde forjó su leyenda, al ritmo adecuado a su leyenda.
Con chasis CSX 2300, este Cobra está en su salsa en Spa-Francorchamps, en lo que parece ser un trackday para clásicos de altísimo valor – puede verse un Ferrari 250 GT en varios momentos. Es impresionante ver como esta máquina carrozada artesanalmente en Italia – cuna de los mejores superdeportivos del mundo – ruge en la recta de meta y supera Eau Rouge a un ritmo que no permite errores. Con un peso de 1.043 kg, su 4.7 V8 de origen Ford Racing lo propulsa a velocidades de infarto, como si de un avión de combate se tratara.
Podría parecer poca potencia para un V8 americano de la época, pero hay que recordar que es un V8 de competición y alto régimen de giro: era capaz de desarrollar nada menos que 390 CV y en la época hacía el 0 a 96 km/h en sólo 4,4 segundos, teniendo en cuenta los neumáticos de la época y el hecho de que está equipado con una caja de cambios manual. No tenéis más que dar al play para disfrutar de casi ocho minutos de rugidos ensordecedores, mientras la bestia americana recorre los casi siete kilómetros del circuito belga.
En Diariomotor: Vendido el Shelby Daytona Cobra Coupé CSX2601 de 1965