Petrolicious vuelve hoy a tirar de los sentimientos encontrados retomando aquella época de la historia, lamentablemente irrepetible, donde los rallies poseían un carácter salvaje gracias a los famosos Grupo B. Entre muchas de aquellas glorias, el Audi quattro consiguió hacerse con un palmarés de 23 victorias y cuatro campeonatos – dos de pilotos y dos de constructores -. Por ello el Audi quattro siempre ha sido y será uno de los modelos más especiales de Audi, atesorando tras su denominación un sistema de tracción total que sigue evolucionando hasta nuestros días.
Audi quattro: una de aquellas locuras que componían los Grupo B
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Bajo el capó del Audi quattro Turbo coupé late un propulsor de cinco cilindros en línea, con 2,2 litros y una potencia máxima de 223 CV. Sus prestaciones para la época, hablamos del año 1983, era una velocidad máxima de 220 Km/h, mientras que el 0-100 Km/h caía en 7,1 segundos. Entre sus particularidades, el Audi quattro Turbo instalaba un sistema de tracción integral con diferencial bloqueable de forma manual hasta 1987, año en que se introdujo por primera vez el diferencial Torsen que después usaría Audi por tanto tiempo como referente.
La denominación quattro ha sobrevivido hasta nuestro días apoyándose en las gestas conseguidas desde el Audi quattro dentro y fuera de los rallies. En competición, el Audi quattro se convirtió en todo un referente del potencial de los Grupo B, manteniendo una evolución constante hasta que este selecto club de máquinas extremas fue cancelado por la FIA en 1986. Tras los rallies, Audi buscó refugio en la subida al Pikes Peak cosechando 4 victorias en manos de Michelle Mouton (1984-1985), Bobby Unser (1986) y un tal Walter Rohrl (1987).
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