Buenas noticias, y sobre todo sensatez. El Ayuntamiento de Madrid multó a 165 conductores por exceder los 70 km/h en la M-30, durante las restricciones de tráfico que tuvieron lugar con motivo del episodio de alta contaminación. La aplicación, por primera vez, de las restricciones más rígidas hasta la fecha para intentar disminuir la concentración de NO2 en la atmósfera de la capital, demostró – por un lado – la falta de organización del ejecutivo madrileño para poner en marcha las medidas previstas por el protocolo. Por otro lado, puso a prueba la capacidad de comunicación del Ayuntamiento para llegar a todos los conductores. Tras lo cual, el equipo de Manuela Carmena ha anunciado que de manera excepcional esas 165 multas serán anuladas.
Durante la semana pasada ya se lanzaron algunos mensajes que apuntaban en esta dirección, la de abogar por retirar las multas, o ejercer un papel de comunicación, y no persecución, para garantizar el cumplimiento de las medidas. El objetivo del Ayuntamiento de Madrid no era otro que evitar el descontento de los conductores, que el jueves se encontraron con un límite de 70 km/h en la M-30 (en tramos que habitualmente están delimitados a 90 km/h) y en las vías de acceso a Madrid a partir de la circunvalación M-40.
El viernes la situación aún se agravaría más, cuando el Ayuntamiento anunciaba prácticamente al filo de la madrugada, que a partir de las 6 de la mañana no podría aparcarse en la zona regulada por el SER (aparcamientos del interior de la M-30) sin tarjeta de residente.
¿Cómo pretende el Ayuntamiento de Madrid enfrentar el problema más adelante?
Según el Ayuntamiento, su objetivo pasa por mejorar los canales de comunicación y advertir de las medidas que podrían llevarse a cabo con varios días de antelación. Recordemos que, hasta la noche, los niveles de agentes contaminantes como el NO2 pueden subir lo suficiente como para aumentar las restricciones, o descender lo suficiente como para levantar dichas restricciones. Pero, por otro lado, la influencia de la meteorología en episodios como el de la semana pasada puede facilitar la predicción de estos.
Por otro lado, el equipo de Manuela Carmena también habría hecho pública su intención de añadir modificaciones al protocolo de contaminación de Madrid (aprobado en marzo por sus predecesores en el cargo), con el objetivo de aumentar las medidas preventivas. Es decir, algunas de las medidas previstas por el protocolo, como la reducción de la velocidad en la M-30, o incentivar el transporte público, se llevarían a cabo antes de que la situación se agravase, antes de que fuera necesario limitar el tráfico en la «almendra central», o incluso limitar el tráfico a matrículas pares o impares.
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