No suelo ser demasiado fan de las transformaciones, sobre todo cuando de por medio hay un clásico, un coche de culto. Y ese es el caso de este BMW. Pero estaréis conmigo en que, si esa transformación supone recuperar un clásico que parecía abocado al achatarramiento, no debería existir ninguna razón que nos llevara a lamentarnos, ¿no crees? Probablemente ese sea el caso de este BMW 2002, un coupé compacto de los años setenta que, sin lugar a dudas, es el verdadero germen de los deportivos modernos de BMW. Lo normal hubiera sido encontrar bajo el capó un motor de cuatro cilindros, como en un BMW 2002 original. Pero en su lugar, este clásico ha sido trasplantado con algo más potente y divertido, el motor V8 de un BMW M5 de 2001. ¡Casi nada!
Sobre todo nos alegra ver que su propietario ha cuidado bastante los detalles, aunque saliéndose del guión más clásico y purista, para buscar un toque más agresivo, como denotan sus defensas, más propias de un deportivo moderno, o los pasos de rueda ensanchados y esas llantas multirradio. También merece la pena observar con detenimiento cómo ha remozado el interior de su clásico.
En cualquier caso, la transformación más sorprendente tiene que ver con el motor que lleva bajo el capó, el ya mencionado V8 de un BMW M5 de 2001.
Los más puristas es probable que tengan dudas acerca de una transformación tan alejada del original. Nosotros, por nuestra parte, propiciaremos una segunda reflexión. La reflexión que surge al contemplar, en la inmensa galería de Facebook que puedes ver más abajo, cómo estaba el BMW 2002 utilizado como donante, antes de pasar por el taller. Imágenes que nos hacen valorar aún más el mérito de esta preparación. E imágenes que, sobre todo, nos llevan a pensar que, independientemente del resultado final, cualquier trabajo que permitiera que este coche volviera a rodar ya merecía la pena.
Vía: Carscoop