Reconozco que mis reportajes favoritos de Top Gear no eran precisamente las pruebas del último modelo, las vueltas rápidas de Stig, o los referentes al último grito en deportivos, sino aquellos retos temáticos y viajes en los que Clarkson, Hammond y May debían enfrentarse a las crueles pruebas que preparaban sus guionistas a los mandos de un coche de segunda mano adquirido con un presupuesto limitado. Así es como Top Gear preparó aquel reportaje de 2010 en Alemania en el que se pusieron a los mandos de un Mercedes-Benz 190, un Ford Sierra Sapphire RS Cosworth y un BMW M3 E36, este último el protagonista de la historia que os traemos hoy, tres berlinas deportivas adquiridas con un presupuesto de 5.000 libras esterlinas, para cada una de ellas.
Aquel reportaje tendría retos tan divertidos como enfrentarse a una prueba de consumo, con el combustible muy limitado, para salir de Alemania cruzando la frontera oriental con Polonia, a la altura de la localidad de Görlitz. Imaginaos hasta qué punto los presentadores de Top Gear tuvieron que ser imaginativos para salir del paso con estas tres berlinas clásicas de culto. El BMW M3 E36 en cuestión, el que ahora está a la venta en Reino Unido, fue el utilizado por Richard Hammond.
Si nos atenemos al presupuesto utilizado en aquel programa de 2010, este BMW M3 E36 no habría costado más de 5.000 libras esterlinas. Lo curioso del caso es que ahora se estaría subastando por un precio que girará en torno a las 7.500 y las 10.500 libras, aproximadamente entre 10.600€ y 15.000€. Un precio alto, pero quizás no descabellado para una unidad en aparente buen estado y 79.235 millas, 127.516 kilómetros, en el marcador. Esta unidad ha sido listada en Classic Car Auctions para ser subastada en Warwickshire el próximo 6 de junio.
Es probable que su precio también esté inflado, y las pujas sean altas, por el hecho de que este coche haya sido protagonista de un capítulo completo de Top Gear, y no una mera aparición a modo de cameo en el programa. Aunque eso mismo también podría ser un punto en su contra, si tenemos en cuenta que el guión de estos programas no se caracteriza precisamente por respetar la integridad física de los coches. De hecho es una suerte que no acabase transformado en una obra de tuning casero y de mal gusto, o convertido en un vehículo anfibio.
Vía: Jalopnik
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