El Salón de Los Ángeles llegó cargado de novedades que anticipan los modelos que están por llegar o los prototipos que servirán de inspiración para los vehículos que figuran en la hoja de ruta de las marcas. En este segundo apartado nos encontramos con el BMW XM, un SUV desarrollado por y para BMW M: también llamó la atención su nombre porque es el mismo con el que Citroën bautizó a la berlina que, en los años noventa, Bertone creó para ellos.
Obviamente nadie podría confundir un SUV con algo más de 700 CV con el Citroën XM, aquel modelo que sustituyó al Citroën CX e introdujo novedades como las suspensiones de control electrónico. Un coche que, para muchos, fue el último Citroën de verdad y que ahora comparte nomenclatura con un BMW: algo que extraña puesto que, hoy en día, sigue siendo inusual que un fabricante bautice uno de sus vehículos con un nombre ya empleado por otra marca.
El pacto
¿Cómo es posible? Gracias a un pacto entre caballeros. Al parecer, han llegado a un acuerdo con el que permiten el préstamo de designaciones que sean parecidas o iguales. Así las cosas, Citroën permite que BMW use el nombre y, al mismo tiempo, se reserva la posibilidad de usarlo en uno de sus propios coches. Algo que es probable que no suceda si tenemos en cuenta la actual estrategia de nomenclatura de la marca francesa.
Los compañeros de Carscoops recogen las declaraciones de una fuente de Citroën que confirma la existencia de este pacto fruto del diálogo constructivo entre ambos fabricantes. De esta manera es posible concebir el BMW XM con el que los alemanes cumplen su objetivo de asociar su ‘X’ con la división ‘M’ de la marca. Al mismo tiempo, los franceses pueden usar la ‘X’ en el Citroën C5 X sin miedo a una posible asociación que recuerde al BMW X5.
¿Y un BMW MX?
Si la intención de BMW pasa por asociar el BMW XM con la división ‘M’ cabría pensar en otra posibilidad para bautizar a este SUV: BMW MX. Una combinación que, inevitablemente, nos hace pensar en Mazda y en dos de sus modelos actuales: Mazda MX-5 y Mazda MX-30. La diferencia es que ambos están a la venta… y la producción del Citroën XM escribió su punto final hace más de veinte años.