Se estima que hasta medio millón de coches fueron dañados por las inundaciones que acompañaron al huracán Harvey, únicamente en el área del Golfo de Texas. Estaréis conmigo en que un huracán de esta magnitud tiene consecuencias mucho más trágicas, tanto por los daños personales causados, como por los daños materiales entre los que hay que incluir miles de hogares destrozados, que un coche siniestrado por la inundación. ¿Pero y si miles de coches hubieran podido salvarse con una solución tan sencilla como económica como esta? ¿En qué consiste este invento para evitar que los coches sufran las consecuencias de una inundación?
La idea surgió en Filipinas, un país que por desgracia es especialmente propenso a los desastres naturales. Su creador pensó en un sistema que, además de económico, permitiera proteger a un coche de las inundaciones.
Y la idea es tan sencilla como empaquetar en una bolsa al vacío un bocadillo. En el vídeo que explican su funcionamiento y que acompaña esta entrada, se aprecia perfectamente cómo en unos minutos se puede introducir el coche en esta gigantesca bolsa y protegerlo de las inclemencias del tiempo.
En el siguiente vídeo, de la CNN, se aprecia mejor la idea que persigue esta bolsa. No estaríamos ante una solución completamente estanca, que evitase que el agua llegue hasta nuestro coche incluso cuando este quede completamente cubierto por las inundaciones. Estaríamos más bien ante una protección que facilita la flotabilidad del coche y evita que el agua llegue al interior.
Aún así, las dudas acerca de este sistema siguen estando presentes. Cabría poner en duda la efectividad del sistema en casos de inundaciones extremas, por no hablar de la necesidad de anclar bien el coche a objetos fijos para evitar que la fuerza del agua lo arrastre y lo dañe irremediablemente.
Otro punto muy a tener en cuenta es el de los fenómenos meteorológicos que suelen acompañar a una gran inundación. Este sistema puede ser efectivo para lidiar con el agua, pero mucho nos tememos que no sería efectivo para evitar las consecuencias de otros fenómenos tan peligrosos, y más destructivos, que pueden acompañar a la situación meteorológica en la que se producen esas inundaciones. En el caso de un huracán el fenómeno más peligroso sería, sin duda, la fuerza del viento.