Este vehículo que ves en tu pantalla es el Bozena Riot. Se trata de un vehículo de control de masas, un vehículo usado como máquina antidisturbios, digna de un futuro distópico. Es fabricado por Bozena, una empresa de Eslovaquia que se dedica a producir vehículos especiales para uso por fuerzas de seguridad. Simplificando al extremo, es un «Bobcat» que en vez de una pala, cuenta con un complicado juego de paneles de varios metros de altura, diseñados para proteger a la policía y apartar a los manifestantes. En un futuro distópico, repleto de revueltas y malestar social, no cuesta imaginarse el protagonismo de este vehículo.
¿Cómo funciona? Adherido al vehículo motorizado, se encuentra un escudo de tres piezas y 3.000 kilos de peso. Este escudo móvil puede desplegarse de forma transversal, así como moverse hacia arriba, dejando salir a los policías antidisturbios que se encontraban tras él parapetados. El Bozena Riot garantiza cobertura hasta a 36 policías, que también pueden subirse a una plataforma de observación en la parte central del escudo. El conductor puede observar su entorno a través de varias cámaras con 360 grados de visibilidad, e interactuar con él a través de varios megáfonos y luces estroboscópicas.
Si la cosa se pone verdaderamente fea, dispone de varios dispensadores de gas lacrimógeno a presión. Según la compañía, sólo para uso en caso de «extrema necesidad». La creciente presión policial, la fortaleza de leyes al estilo de la «Ley Mordaza» y la tendencia general a relajar la supervisión sobre los cuerpos de seguridad, en combinación con productos como el Bozena Riot, nos hace pensar en un futuro un tanto lúgubre. Casi parece sacado de películas como Robocop, ¿verdad? Al menos no es autónomo o de control remoto, pero puede ser tremendamente eficaz – y peligroso – en las manos adecuadas.
Fuente: Gizmodo
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