El Buick Reatta es un coche poco conocido por estos lares. Ni siquiera en Estados Unidos es un coche muy presente en el ideario de los petrolheads a día de hoy. Sin embargo, a finales de los ochenta, era junto al Cadillac Allanté uno de los productos más avanzados de General Motors. Se fabricaba en Estados Unidos de forma semi-artesanal, en una planta de vehículos de bajo volumen, y destacaba por su avanzadísimo – para la época – sistema de infotainment con pantallas monocromas. Decididamente un clásico. Y por eso este Reatta merece una segunda vida.
El coche que protagoniza el vídeo de hoy es un Buick Reatta que ha vivido tiempos mejores. Estuvo abandonado a la intemperie durante 15 años y se convirtió en la casa de decenas de roedores. Este coupé de motor central merece ser restaurado, y es por ello que WD Detailing ha decidido ponerlo lo más presentable posible para su futuro dueño. La limpieza exterior ha requerido varios lavados de contacto, así como un pulido de dos fases para la carrocería. A pesar de haber zonas con la pintura muy dañada, el negro ha recuperado su brillo.
La transformación exterior ha sido notable, pero lo ha sido aun más la transformación de su habitáculo. Estaba repleto de moho de todos los colores, de manchas, de heces y orín de roedores… y en general de cosas poco salubres. Con una combinación de limpiadores multipropósitos, vapor y frotado, prácticamente todas las manchas se han ido. Para las moquetas ha sido necesaria una hidroaspiradora, que ha permitido eliminar la suciedad más incrustada. El resultado final sigue lejos de la perfección, pero ha mejorado enormemente con respecto al punto de partida.