Si os preguntasen dónde está la calle más empinada del mundo, probablemente diríais que en San Francisco, o nuestra Cuesta de Cervantes en Toledo. La respuesta es equivocada. Al parecer, la calle más empinada del mundo está en la localidad neozelandesa de Dunedin. Esta calle está pavimentada y es posible circular en coche por ella, aunque no lo intentaría si llueve o sin unos buenos neumáticos. Porque su desnivel es de un mareante 35%. ¿A quién se le ocurrió este despropósito urbanístico?
Al parecer, la culpa es de los ingleses – insertad aquí el chiste que deseéis – que cuando planificaron la red viaria de Dunedin hace ya posiblemente siglos, no tuvieron en cuenta parte de la agreste orografía local. Una de las calles tuvo un desnivel excesivo, pero para no contravenir las órdenes de Londres fue igualmente construida. Así nacía Baldwin Street, una calle de apenas 350 metros de largo. Es tan empinada que ascenderemos o descenderemos un metro por cada 2,86 metros que caminemos.
Su inclinación máxima es de 19 grados, y no parece tan bestia hasta que no vemos las imágenes de las casa construidas en Baldwin Street. Las casas se construyen sobre un terreno nivelado y casi parece que estén tumbadas boca arriba. Las fotografías no hacen justicia al tremendo desnivel que algunos de los habitantes de Dunedin sufren cada día. No quiero imaginarme lo que supone calar un coche en pleno ascenso. Creo que compensa dar marcha atrás hasta la parte baja de la cuesta frente a quedarte sin embrague.
Fuente: idealista
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