Sólo podía suceder en Rusia, queridos amigos de Diariomotor. Cuando el vodka y el hardbass son el combustible de las ideas, el resultado puede ser tan loco como el que tenéis en pantalla. Se trata de un Mercedes Clase S W140, que ha sido fusionado con el chasis y el tren de rodaje de un camión militar GAZ-66 de origen soviético. Todo apunta a que es una mala idea y una terrible combinación, pero por algún motivo que escapa a nuestra comprensión, el resultado final es tan maravilloso como fascinante. Es el sueño de un «redneck» ruso.
Todo comienza con un Mercedes Clase S W140, equipado con un motor 5.0 V8. Un coche cuyo propietario quiere poder usar fuera del asfalto. Ni corto ni perezoso, monta su carrocería y motor sobre el chasis de largueros del GAZ-66. Lo único del Mercedes que no conserva es su tren de rodaje, a excepción de su caja de cambios automática de cinco relaciones. Un largo proceso de fabricación y adaptación de piezas a medida comienza a continuación, que culmina con la asociación del motor Mercedes al sistema de tracción total del camión. Tanto el equipo de frenado como la dirección han exigido mucho trabajo.
Los frenos proceden de un camión DAF, y algunos componentes del tren de rodaje pertenecían a un Volkswagen Touareg. La parte baja de la carrocería del Mercedes ha sido cubierta de chapas, y se han instalado unas defensas que permitirían a esta berlina de lujo derribar un árbol sin inmutarse. Lo mejor de todo es que pese a sus enormes capacidades todoterreno, el coche conserva su interior de serie, con todos los lujos y comodidades de un Mercedes Clase S. Si queréis verlo en acción, solo tenéis que ver el vídeo que hemos dejado sobre estas líneas.
Fuente: Jalopnik