Las carreras de aceleración, las famosas drag race tan populares en Estados Unidos, a menudo nos dejan imágenes increíbles y terroríficas. Cuando alguien se propone llevar al límite las prestaciones de su deportivo compitiendo a velocidades de infarto, aunque sea en línea recta, siempre existen un buen número de riesgos, a menudo difíciles de predecir. Riesgos como el de acercarte a los 300 km/h en tu Nissan GT-R preparado con más de 1.600 CV y ver como el capó se levanta y salta por los aires sin que apenas tengas tiempo de rectificar para evitar una situación en la que el riesgo es más que evidente.
El propietario de este Nissan GT-R de más de 1.600 CV, que se las ve con un Lamborghini Gallardo turboalimentado con más de 2.100 CV, ha añadido – más allá de las mecánicas – diversas modificaciones, como unas ruedas traseras de gran agarre para aumentar la tracción en drag-races, o un capó de fibra de carbono para ahorrar peso.
El problema que se encuentra es que a velocidades tan altas, como las 180 mph (290 km/h) a las que su capó se despegó, cualquier espacio libre entre el capó y el resto de la carrocería hace que el aire entre a una presión muy elevada, suficiente para levantar por los aires el capó y arrancarlo.
Consciente del problema, este corredor intentó cubrir las ranuras del capó con cinta adhesiva azul. Pero al parecer no fue suficiente para que, llegando a 290 km/h, el capó se elevase por los aires y acabara completamente arrancado, precipitándose desde las alturas contra el suelo.
A la vista de otras historias parecidas, como la del Lexus IS-F que despegó por los aires en una drag race, el incidente de este Nissan GT-R no fue más que una anécdota, que no le costó un accidente, y cuyas consecuencias fueron mínimas para lo que podría haber sucedido.
Fuente: 1320video
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