Hace ya un tiempo, los chicos de Driven Media analizaron qué ocurría instalando ruedas de Fórmula 1 en un Caterham, y repitiendo después el experimento con un Toyota MR2. Spoiler: las ruedas de Fórmula 1 no funcionan bien fuera de la Fórmula 1. En esta ocasión, han decidido comprobar qué ocurre si montamos ocho ruedas en un Caterham 270R, bajo la premisa de hacerlo tanto más rápido en circuito, como más seguro en frenada. Un divertido experimento en vídeo que tenéis que ver. Antes del salto… ¡se admiten apuestas!
El vídeo comienza con la propia fabricación de las ruedas, uniendo dos llantas de chapa y fabricando un adaptador para los bujes del Caterham. Los neumáticos son muy estrechos y de perfil ecológico, pero en conjunto, suman más de 300 mm de sección por pareja de ruedas. Este tipo de neumáticos tienen una buena durabilidad y baja resistencia a la rodadura… y un sorprendente buen agarre en circuito. Tomando como referencia el tiempo de vuelta con semi-slicks, el Caterham 270R reduce el tiempo de vuelta en 0,5 segundos.
Una diferencia muy sustancial si tenemos en cuenta que la vuelta es de poco más de 30 segundos. La diferencia en tracción y agarre es monumental, pero en frenada, el coche aumenta muy ligeramente su distancia de frenado. En conjunto podríamos considerar el experimento un éxito, pero las consideraciones prácticas mandan: el coche empeora enormemente en radio de giro, vibra de forma ostensible a velocidades de carretera y obliga a modificar el coche para poder albergarlas en los pasos de rueda.