Climb Dance es uno de esos vídeos atemporales. Una maravilla de apenas 5 minutos de largo, un artístico corto dirigido por Jean-Louis Mourey en el ya lejano año 1988. Es el ascenso de Ari Vatanen a Pikes Peak, una de las competiciones más icónicas del mundo del motor. Filmada en una época en la que el ascenso entero se hacía sobre gravilla suelta – ahora está completamente asfaltado – con técnicas modernas y cámaras on-board, es si cabe más impresionante. Y lo mejor es que el documento ha sido remasterizado en HD.
Ari Vatanen se hizo con el récord absoluto aquél año con su Peugeot 405 T16, un coupé de tracción integral, aerodinámica elaborada y una potencia de en torno a los 650 CV. Su motor turbo perdería más de 200 CV, a medida que disminuía la concentración de oxígeno en el aire. Su tiempo de 10:47.22 no impresiona hoy en día, cuando se ha bajado ya de los 9 minutos y monoplazas eléctricos son la norma. Pero debemos tener en cuenta el estado de la técnica hace 28 años, y el hecho de que ni un centímetro del trayecto estaba asfaltado.
La pendiente media en Pikes Peak (Colorado) es del 7%. A centímetros de las ruedas de los coches hay enormes barrancos cortados a cuchillo y caídas de cientos de metros en la zona más peligrosa, Devil’s Playground. Pikes Peak sigue siendo tan peligroso como entonces, y la velocidad media de ascenso no ha hecho más que subir desde los 120 km/h de media de Ari Vatanen. Pero nadie ha demostrado tanta valía al volante como Vatanen, contravolanteando mientras tapa al sol con una mano, sin contar con la ayuda de un copiloto.
Magistral.
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