Si no quieres recibir una lección viral de la que internet nunca se olvidará, claro está. Lo que os vamos a contar aconteció en el parking de un supermercado Coto, en el barrio de Temperley, situado en Buenos Aires, capital de Argentina. Algún cliente perezoso quería aparcar el coche cerca de la entrada al supermercado, y pensó que era buena idea dejar su Peugeot 308 estacionado en la zona reservada a los carritos de la compra, pese a estar prohibido aparcar en dicha zona. Los empleados del supermercado decidieron enseñarle una lección que posiblemente nunca va a olvidar.
Ni cortos ni perezosos, los empleados del supermercado colocaron los carros de la compra en el sector para ellos designado. Como el coche estaba ocupando parte de su espacio, decenas y decenas de carros rodean el coche, atrapado en un mar de carros. Os puedo asegurar que el coche no habrá podido salir de este atolladero por sus propios medios. Ni siquiera el dueño habría podido llegar a su puertas, y menos abrirlas. Una lección brillante, ejecutada sin violencia y con gran sentido del humor, una lección de civismo que nunca se le olvidará al dueño del Peugeot 308 gris.
Mucho me temo que el dueño del coche habrá tenido que disculparse profusamente ante el supermercado y los empleados, bajo pena de no haber podido retirar su coche del aparcamiento. Estamos seguros de que el supermercado estaba cansado de que algunos clientes aparcasen en el espacio reservado a los carros, con el evidente perjuicio y molestia asociados.
Fuente: Carscoops