Amaury Guichon no es ni un ingeniero, ni el fundador de alguna marca ni ningún celebre mecánico, no. Es uno de los mejores reposteros del mundo. Y os estaréis preguntando: «vale, pero, ¿eso qué tiene que ver con los coches?» No, nos hemos convertido en Diariopastel, pero es que la relación entre la repostería y la ingeniería es mucho más estrecha de lo que uno se podía imaginar, y así lo demuestra Guichon tras crear este sumamente realista coche de chocolate.
A mí, que no soy ni muchísimo menos un buen repostero -todo lo que se salga del bizcocho se me queda grande-, me parece muy complicado hacer una tarta con forma de coche, pero lo que Amaury Guichon nos presenta es digno de cualquier ingeniero. Y es que ya no solo por el coche de carreras de los años 30 que emula, sino por el nivel de detalle que este presenta.
Amaury Guichon, el repostero que acerca la ingeniería automovilística al mundo del chocolate
Si viésemos el trabajo de Guichon terminado y no supiéramos a qué se dedica, podríamos pensar perfectamente que estamos ante un coche de juguete para que los más pequeños se monten. Pues nada más lejos de la realidad, ya que hasta el más mínimo detalle de este es comestible. El sueño de un Willy Wonka en su versión petrolhead hecho realidad.
Escapes, colectores, ruedas… hasta el cristal de gelatina se puede comer. Todo está cocinado y preparado a la temperatura idónea para que Amaury Guichon pueda moldear el chocolate a placer y darle forma de coche. Por supuesto nuestro protagonista no se olvida de nada, poniendo logos, despuente en el asiento y hasta las tiras que sujetan el capó.
Es más, hasta somete al chocolate a una especie de pulimento para poder darle una textura semejante a la de una carrocería. Por supuesto, nada de esto sería posible sin unos conocimientos y una alta experiencia en la cocina como la que tiene Guichon a sus espaldas. Desde luego no sabes qué hacer, si comértelo o conducirlo.
